Los agentes que revisten en el Ministerio de Aguas y Servicios Públicos advirtieron que tras la asunción del nuevo gobierno provincial, esa cartera se ha convertido en un megaministerio, que aglutina a más de seiscientos trabajadores y donde no hay una estructura administrativa clara.
“Respetamos la idea (del gobierno) de que se unifique en una estructura el manejo del agua, pero creemos que allí tiene que haber una estructura, un orden, para que no se afecte la carrera administrativa del trabajador”, dijo a El Litoral Rubén Belmonte, delegado del personal del área por UPCN.
Esta mañana, el cuerpo de delegados de ese sindicato más los de ATE, que integran la mesa jurisdiccional mixta del organismo, expusieron ante todos los trabajadores del sector cuál es la situación actual del organismo.
“La pretensión era analizar la problemática de este Ministerio, con reparticiones muy disímiles pero con dificultades muy parecidas. Queríamos informar a los trabajadores acerca de las conversaciones que se mantienen con las autoridades políticas”, dijo el delegado.
Según manifestó, siempre han contado con la “predisposición” de los funcionarios para conversar, aunque lamentó que no fueron muy frecuentes los encuentros, y casi inexistentes las respuestas.
“Las conversaciones siempre se retrasaron por diferentes motivos. El año pasado no se hizo nada; nosotros también decidimos esperar para ver qué iban a hacer. Este año tuvimos dos reuniones, y si bien siempre tuvimos receptividad, no aparecen las soluciones”, advirtió.
El reclamo
El Ministerio de Aguas y Servicios Públicos nació a partir de la reforma a la Ley de Ministerios que impulsó el gobierno de Hermes Binner. La flamante cartera no sólo absorbió al ex Ministerio de Asuntos Hídricos -creado durante la última gestión de Jorge Obeid-, sino que aglutinó también a reparticiones que antes dependían de otras áreas, y hasta empresas y organismos descentralizados. Así pasaron a su órbita Medio Ambiente, Planeamiento, Transporte, Aguas Santafesinas, los puertos y aeropuertos, por sólo citar algunos ejemplos.
“Se convirtió en una especie de súper ministerio del que dependen entre 600 y 700 empleados”, dijo Belmonte. “El problema -continuó- es que tenemos sólo el nombre del Ministerio, pero las distintas reparticiones no están creadas. Entonces, hay funcionarios que cambiaron de función, directores generales que dejaron de serlo para cumplir otras tareas, y todo es de palabra”, explicó.
Sobre la base de esos planteos, el dirigente sostuvo que “la principal preocupación” de los trabajadores es la ausencia de una estructura ordenada, que permita tener claridad sobre la carrera administrativa de los empleados. “Necesitamos una estructura para que el personal sepa cómo seguir su carrera, porque hasta ahora todo es incertidumbre. El reclamo es poder avanzar ordenadamente hacia una nueva grilla”, expresó.
Incluso, dijo que la propuesta del personal es “plantear una estructura inicialmente de costo cero”, que permita ordenar administrativamente al personal, pero dejando para más adelante los concursos, por ejemplo.
Otros planteos
Como reclamos secundarios, los delegados del personal también mencionaron atrasos en los viáticos, inconvenientes para el pase a planta de agentes que se encontraban trabajando desde hace años; falta de reconocimiento de subrogancias y falta de estructuras, en algunos casos aprobadas pero desconocidas por la gestión.
Belmonte negó que haya una “superposición” de estructuras, pero sí esquemas que quedaron “desfasados” con la creación de la cartera. “La nueva idea de este gobierno es trabajar sobre programas. Antes había un Ministerio de Asuntos Hídricos con su estructura, pero ahora al trabajar sobre programas, esta estructura ministerial, pese a ser el único elemento legal que está funcionando, implica algunos desfasajes”, concluyó.
|
|
|