El arsénico es un elemento químico presente en forma natural en una importante franja de suelos de la Argentina, debido a las cenizas volcánicas ricas en esa sustancia que durante la formación de la cordillera de los Andes se esparcieron por nuestro territorio.
Muchos de sus compuestos son solubles en agua, por lo que las reservas de agua subterránea de las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Río Negro,Tucumán, Santiago del Estero, el Chaco, Córdoba, San Luis, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires presentan diferentes concentraciones de arsénico.
En algunas zonas, esas concentraciones superan los parámetros para agua potable fijados por el Código Alimentario Argentino -CAA- así como el nivel máximo aceptable recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OSM).
En Mendoza están afectados algunos departamentos del Este y Noreste provincial. El Ente Provincial del Agua y el Saneamiento (EPAS) realiza el seguimiento de la problemática al controlar la calidad de las fuentes de agua natural destinadas a potabilización, e indica a los operadores sanitarios, en pleno ejercicio de sus facultades normativas y regulatorias, las medidas a tomar.
Cuando hay ingesta continua y prolongada en el tiempo (años) de agua con concentraciones elevadas de arsénico, hay efectos nocivos sobre la salud humana, fundamentalmente asociados al cáncer de piel. Por eso es un tema de la agenda de salud pública de organismos internacionales, nacionales y provinciales, y objeto de estudio e investigación de los sectores científicos y académicos.
En mayo de 2007 la Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación -SPRRS- y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos del Ministerio de Economía y Producción, modificaron el límite máximo admisible de arsénico en agua potable -establecido en el Código Alimentario Argentino- de 0,05 a 0,01 mg/l.
En la Resolución pertinente se hizo la siguiente aclaración: “La autoridad sanitaria competente podrá admitir valores distintos si la composición normal del agua de la zona y la imposibilidad de aplicar tecnologías de corrección lo hicieran necesario. Para aquellas regiones del país con suelos de alto contenido de arsénico, se establece un plazo de hasta 5 años para adecuarse al valor de 0,01 mg/l”.
Algunas provincias y la Asociación Federal de Entes Reguladores de Agua y Saneamiento de la Argentina -Aferas- impulsaron la revisión de esta medida, con un planteo de fondo de búsqueda de equilibrio entre el criterio toxicológico y el análisis de riesgo.
Es que se sabe que si se baja el límite de aceptabilidad del arsénico, habrá fuentes de agua que no se podrán usar. Habrá entonces población sin agua potable y mayor riesgo de contraer enfermedades asociadas con esta situación, aunque distintas de las que provoca el arsénico.
Analizar el tema no sólo como valor límite sino también como riesgo social puede permitir que, en un futuro no lejano, distintas provincias argentinas manejen distintos valores límite de acuerdo con la calidad de las fuentes de agua disponible.
Como respuesta a este planteo se constituyó la Comisión de Estudios sobre la Calidad del Agua Distribuida por Red para Consumo Humano (Cecadrech), en el ámbito de la Subsecretaría de Recursos Hídricos del Ministerio de Planificación Federal, integrada por diversos organismos estatales relacionados con los servicios sanitarios.
En abril de 2009 se aprobaron los términos de referencia para realizar el “Estudio del Hidroarsenicismo y saneamiento básico en la Argentina”, con estudios de exposición, evaluación de riesgos, evaluación epidemiológica y cobertura sanitaria, entre otros.
Los mismos se realizarán en todas las provincias argentinas que tienen este problema.
Resumiendo, el valor límite de arsénico para agua potable vigente para la provincia de
Mendoza es 0,05 mg/l tal como lo establece EPAS. Del trabajo mancomunado de la Cecadrech surgirán las conclusiones con respecto a la normativa nacional.
Existen provincias hermanas donde el problema del arsénico es mucho más acuciante y perentorio que en Mendoza; sus representantes -y EPAS a través de Aferas- trabajan actualmente para definir con certeza el valor límite a nivel nacional.
En momentos en que el escenario mundial muestra pandemias, epidemias y desastres varios es correcto manejarse con datos fidedignos de organismos autorizados. Los canales de información al ciudadano están garantizados constitucionalmente y son, en caso de EPAS, utilizados mediante recepción de reclamos, reuniones informativas con las diversas comunidades y compromiso con el mejoramiento de la gestión y el control a los operadores.
Javier Montoro y Gonzalo Dávila - Presidente y vicepresidente del EPAS, respectivamente.
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