Descalzo, los pies chiquitos, cubiertos de barro, se movía rápido con su cuerpo menudo y bien liviano de ropas esquivando restos de basura. El nene de no más de diez años, junto a otros niños y a un grupo de mujeres, esperaba en la tardecita fría de ayer un plato de comida en la sede de la vecinal del barrio Balbi. La casa –y la cola de gente— está a menos de una cuadra del predio del Volcadero municipal y casi a la misma distancia de basura acumulada y de una pérdida abundante de líquidos cloacales. El olor fuerte a residuos quemados se mezclaba con el de las aguas servidas, que corrían terreno abajo y cruzaban justo frente al ingreso de una vivienda precaria.
Mientras tanto, adultos y niños buscaban en la basura y varias columnas de humo se levantaban desde distintos puntos del gran predio donde se descarga unas 300 toneladas diarias de basura.
RESIDUOS. A seis días de la inspección realizada por el juez Roberto Parajón, a cargo del juzgado Civil y Comercial N 8° de Paraná, el Volcadero se observaba el martes repleto de basura, tanto que había restos de residuos casi hasta el portón trasero de la Dirección de Limpieza y poco más de una cuadra y media de República de Siria, calle asfaltada con nutrido tránsito.
La imagen impresionaba pese a que una máquina ya había empujado montículos hacia la barranca situada al costado norte del predio.
El juez realizó una recorrida el viernes en el marco de un fallo emitido en 2007, que obligaba a la Municipalidad a implementar medidas para reubicar basurales y erradicar los humos de las quemas.
CLOACAS Y CALLES. “Acá sí que te podés agarrar cualquier enfermedad con la basura, las cloacas y el humo que hay”, dijo una mujer, habitante antigua del barrio.
Mientras un grupo de vecinos enumeraba por enésima vez sus reclamos y mostraba el panorama a EL DIARIO, una joven con un recién nacido en brazos se hacía paso entre las bolsas desperdigadas y, más allá, dos chicos corrían --uno de ellos sin calzado-- entre los desperdicios.
Los vecinos apuntaron también específicamente al problema en la red cloacal y pidieron una solución rápida. Es que habitualmente se producen pérdidas en la equina de las calles Islas Orcadas del Sur y Base Primavera. Según aseguraron, el derrame se produce a causa de una obstrucción en la red, a la altura de la Dirección de Limpieza, y no consiguen que lo arreglen. Tampoco obtienen respuesta a una vieja demanda: la pavimentación de las calles Primavera y Orcadas del Sur.
En cuanto al flagelo del humo, expresaron que el lunes por la mañana tuvo a mal traer al vecindario y a las escuelas de la zona.
SITUACIÓN. En buena parte de barrio Balbi viven familias pobres, con necesidades básicas sin atender. Según informaron los vecinos, hay “desnutrición” y problemas respiratorios principalmente entre los menores. Así las cosas, unos 200 niños y --algunos adultos-- acuden a la sede de la vecinal, situada en calle Base Primavera (a media cuadra de República de Siria y un trecho un poquito más largo del predio del Volcadero) en busca de alimentos. Dos días a la semana van por la cena y otros tres días, por la merienda.
Los vecinos consideraron que hay muchos niños con problemas nutricionales.
“Esto es un foco infeccioso” para los chicos que viven en las inmediaciones y para los otros que llegan por alimentos. En Balbi hay alrededor de 400 familias, acotaron.
Cambios en el Volcadero
El Volcadero municipal pasó a depender desde esta semana de la Unidad Municipal (UM) 2, a cargo de los servicios de la zona oeste de la ciudad. El coordinador de esa UM es Osvaldo Palacio.
Con la medida se disolvió la Dirección de Limpieza, que había quedado a cargo del mantenimiento del depósito de basura a cielo abierto desde que se puso en marcha la descentralización municipal, en abril.
Desde el inicio del proceso, Limpieza había quedado en el ámbito de la Secretaria de Gobierno.
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