En los últimos 35 años, el dique El Carrizal perdió casi un tercio de su capacidad máxima de almacenamiento de agua, y pasó de los 380 millones de metros cúbicos iniciales a los actuales 280. El causante de esta merma, que se agudiza cada año, es el embanque de sedimentos que se va depositando en el lecho, y desde Irrigación señalan que, prácticamente, el problema no tiene solución.
Para colmo, este año el dique registró su nivel más bajo, ya que habitualmente el lago cubre unas 3.700 hectáreas y apenas alcanzó la mitad: el agua se retiró de los clubes cientos de metros, dejando muchos botes encallados y amplias playas de piedra, ripio o directamente barro.
Y si bien en los últimos días la situación comenzó a revertirse, ya que Irrigación cortó el flujo de agua para riego que sale del dique, los habitantes de los clubes calificaron la situación como "desastrosa" y coincidieron en que "donde más se notó fue en la merma de visitantes y pescadores".
Oscar López es portero en el club El Pelícano y asegura que "nunca hubo una merma tan grande de agua. Acá, como mucho, el dique ha bajado diez metros, pero este año fueron catorce, una barbaridad porque llegamos a tener hasta 300 metros más de playa, pero de puro barro".
Las rampas de cemento para bajar las lanchas que tienen todos los clubes quedaron en el aire, separadas del agua por una distancia de hasta 50 metros, y recién ahora, luego de la corta ordenada por Irrigación a mediados de mayo, el nivel está subiendo; aunque todavía la mayoría de esas rampas, que tienen más de cien metros, siguen sin tocar el agua.
"Si antes venían diez turistas o pescadores, con este problema sólo entran dos", dice Mario Catalano, cantinero de una proveeduría y continúa: "El tema es que la voz se corre. Si la gente escucha que El Carrizal está sin agua, que parece un charco, no le dan ganas de venir, porque acá lo lindo es llegar y ver todo ese espejo imponente de agua que significa el dique".
El embanque a orillas del dique es visible desde cualquier parte y ocasionó que muchas embarcaciones quedaran encalladas y que otros tantos vehículos se enterraran en medio del barro.
"Vos mirás la orilla y se ve seco, pero cuando caminás por allí, de a poco empezás a hundirte; imaginá lo que pasa si venís en auto o camioneta", cuenta Miguel Samartano, encargado del club Villa San Isidro y completa: "Ahora, cuando tengo que correr una balsa, me entierro hasta las rodillas".

Abandono
Según Irrigación la cota habitual del dique es de 785 metros por encima del nivel de mar y este año descendió hasta los 775. Sin embargo, los residentes del embalse aseguran que la merma fue aún mayor.
Gustavo Blanco es presidente del club Junín y asegura que "para el Gobierno, el aspecto turístico de El Carrizal está olvidado: no hay cartelería, el camino está desastroso, el centro de salud no atiende, al destacamento policial le faltan elementos y, para colmo, se la pasaron tres meses tirando agua de más y sin control".
Blanco cuenta que los clubes de El Carrizal crecen "sólo por la voluntad de sus dirigencias y de los socios, porque el Gobierno no ayuda con nada. El agua se retiró tanto que en el club tuvimos que agregarle un caño a la bomba para sacar agua y poder regar el arbolado. Lamentablemente, uno mira el espejo del lago y parece un charco; y eso, los visitantes lo notan".