¿Hay margen de cambio? ¿Es posible revertir la actual crisis ambiental? ¿Es correcto que los científicos del mundo concentren su análisis en el cambio climático? ¿Por qué hay una explosiva reaparición de enfermedades de la pobreza? Marcelo Sarlingo es magíster en gestión ambiental y ofrece, en el Día Mundial del Medio Ambiente, una particular y necesaria mirada del mundo en que vivimos.
En principio, el especialista sugiere hacer un esfuerzo "asumir un pensamiento lateral en materia ambiental" para que caer en el "engaño" de los "discursos fáciles o por modelizaciones matemáticas" que luego caen en el olvido. Y asegura que a escala internacional imperan "un discurso dominante" en materia de políticas ambientales que gira en torno del Panel Internacional de Cambio Climático. Con más de una década de trabajo sostenido, los informes sobre el calentamiento global generan la participación de miles de científicos. "Sólo en la organización de los datos trabajaban, en el año 2007, 400 autores principales, 800 autores contribuyentes, 2.500 revisores científicos que pertenecen a más de 130 países".
Semejante despliegue, en la práctica, lo que hace es reproducir una dinámica de lucha política en donde "se despliegan múltiples actores y se arman y se desarman permanentemente numerosas alianzas" que termina siendo "funcional a los gobiernos y sectores industriales".
De manual
El hecho de que los científicos hayan concentrado su análisis en la incidencia de la actividad humana en las alteraciones climática tiene un efecto paradójico porque "se opaca lo que las sociedades hacen con sus recursos naturales y con el ambiente que crean como producto de sus actividades".
El especialista tomó como ejemplo los manuales de ecología clásicos "como Margalef o el mismo Odum, que conceptualmente se presentaba el triángulo suelo, clima y vegetación, y se consideraba que, en tanto la humanidad intervenía sobre el suelo y sobre la vegetación, mientras que el clima era algo dado e imposible de controlar por el hombre".
Desde los años '80 la atención mediática y la financiación científica hizo eje en "los efectos de la intervención humana sobre el clima y ciertamente difíciles de cuantificar con precisión" mientras "cierra los ojos con respecto a los efectos sobre el suelo y la vegetación que son más fáciles de medir y que es en donde inicialmente se definen los procesos culturales. Lo que las culturas hacen con su base material es el verdadero tema de discusión", enfatiza Sarlingo.
Para el magíster en medio ambiente toda la dinámica de consumo surge de la explotación de la Tierra a escala global por lo que es "importante recordar los límites materiales" y la historia reciente de la humanidad "es la de un incremento exponencial de los procesos de industrialización de la base material de las sociedades, que son los ecosistemas terrestres". Un incremento que, advierte, se retroalimenta con fenómenos como "el aumento poblacional, la urbanización, la desigualdad en el acceso al bienestar material y la creciente contaminación del mundo".
Es más, en relación con la degradación ambiental, observa que desde la segunda mitad del siglo XX "las industrias contaminantes se desplazan progresivamente desde los territorios europeos a los antiguos espacios coloniales de América, Asia y, en menor medida, de Africa. A este último continente van más residuos y desechos tóxicos que inversiones internacionales".
Con la aparición, inevitable, de enfermedades asociadas a la devastación del planeta. De hecho, la medicina moderna "no da abasto en el reconocimiento de nuevas formas de cáncer y en los tratamientos de las que se creían controladas. Reaparecen las enfermedades de la pobreza, como las infecciosas, las nuevas variantes se desparraman por el mundo a la velocidad de los supermodernos aviones de pasajeros y conviven con los explosivos aumentos de leucemias o de enfermedades hormonales", dispara Sarlingo.
Y a esta altura de la crisis ambiental, "da lo mismo si necesitaremos 4 ó 10 planetas para satisfacer las demandas de todos lo que quisieran consumir al ritmo de los ciudadanos norteamericanos que vemos en las películas de Hollywood. Está claro que los inmigrantes latinos y asiáticos la pasan bastante mal. De ahí la precariedad de la cosmética ambiental que practican los Estados, frecuentemente impotentes y la mayoría de las veces directamente cómplices de los poderes económicos que envenenan el aire, el agua, el suelo y destruyen el paisaje".
Cinismos
A dicha precariedad y a la complicidad política hay que sumarle "un cinismo sin límites" porque las soluciones tecnológicas para la mayoría de los problemas ambientales "están disponibles, algunas al alcance de la mano y otras simplemente como producto de la reorientación del cambio social". Así, por ejemplo, "hay tecnologías capaces de resolver la contaminación que genera el transporte urbano en las grandes ciudades, hay sustitutos económicos para el motor de combustión interna y la mayor parte del uso de combustibles fósiles puede ser re-convertido a otras formas de energía renovables y limpias".
Es más, sostiene que la agricultura y otras formas de producción pueden transformarse en producciones limpias y de bajo impacto "saliendo progresivamente del mar de venenos en que sumergen a los seres humanos".
"La única duda es si el establishment del mundo, los directivos de la industria bélica, las empresas químicas, automotrices, electrónicas, de las multinacionales productoras de petróleo o de las empresas que actualmente se presentan como de 'ciencias de la vida', los dueños de los mercados financieros, serán capaces de impulsar una transformación, o por el contrario, otros sectores de la humanidad deberán obligarlos", cierra Marcelo Sarlingo, invitando al debate. Y la reflexión.
Números y desigualdades
ver más imágenesDesde 1950, cuando se reorganiza el mundo después de la Segunda Guerra Mundial y las tecnologías bélicas se aplican a la producción de bienes de consumo, es posible identificar incrementos en el consumo. Marcelo Sarlingo puntualiza los siguientes:
-el consumo de agua se ha triplicado
-el de combustibles fósiles se ha quintuplicado
-el de carne creció un 550%
-las emisiones de dióxido de carbono han aumentado un 400%
-el PIB mundial aumentó un 716%
-el comercio mundial creció un 1.568%
-el gasto mundial en publicidad creció un 965%
-el número de turistas que salieron de sus fronteras creció un 2.860%
-el número de automóviles pasó de 53 millones en 1950 a 800 millones en 2006
-el consumo de papel creció un 423% entre 1961 y 2002.
Las significativas ganancias en eficiencia tecnológica se ven rápidamente absorbidas por el aumento del consumo. "Pero al mismo tiempo ese salto tecnológico que se da con la globalización de los sistemas de producción industrial produce también una sociedad global extraordinariamente desigual, donde sólo una pequeña parte de la humanidad se apropia de las ventajas productivas modernas", señala Sarlingo.
El especialista observa que "de los seis mil quinientos millones de seres humanos (cifra siempre en crecimiento) que habitan la Tierra, la sociedad de consumo se integra con 1.728 millones de personas, sólo el 28% de la población mundial:
-244 millones viven en Estados Unidos (el 84% de su población, que al mismo tiempo consume la mitad de todos los psicofármacos tranquilizantes que se producen en el planeta)
-349 millones en Europa Occidental (el 89% de la población),
-120 millones en Japón (95%),
-240 millones en China (apenas el 19% de su población),
-122 millones en India (12%),
-61 millones en Rusia (43%),
-58 millones en Brasil (33%)
-y sólo 34 millones en el Africa subsahariana (el 5% de la población).
En total en los países industrializados viven 816 millones de consumidores (el 80% de la población) y 912 millones en los países en desarrollo (sólo el 17% de la población), según cifras de la OMS en su informe anual del año 2006.
Será el domingo en La Máxima
Jornada verde
La Máxima se pondrá más verde. Será el domingo, en sintonía con el Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora hoy, a partir de las 15. El zoológico municipal se propone reflexionar y hacer reflexionar sobre el cuidado de la naturaleza pero también generar instancias de expresión a través de la música y la plástica. Además, ofrecerá talleres que promuevan la ley de las 3 R, para reducir, reutilizar y reciclar.
La iniciativa es impulsada por el Departamento Educativo del parte que depende de la Secretaria de Desarrollo Social.
Todo comenzará con una actividad de reflexión para conservar la naturaleza, a cargo de la profesora en Artes Visuales Valeria González. Luego habrá un espacio creativo de música y plástica, coordinado por Daniela Rodríguez y Mariana Ricucci, de "Guardianes de la Naturaleza".
A la vez se desarrollarán diferentes talleres apuntados a la ley de las 3 R donde se procura inculcar a los participantes la importancia de Reducir, Reutilizar y Reciclar, creando conciencia sobre el cuidado del medio ambiente por nosotros y por las generaciones futuras. Los grupos estarán coordinados por personal del Departamento Educativo y Guías del Parque. Se podrá visitar, además del zoológico, el Reptilario y la Biblioteca infantil.
La actividad, que se suspende únicamente por lluvia, se realiza en adhesión al Día Mundial del Medio Ambiente que se conmemora hoy. La fecha se celebra desde 1972 y fue establecida por la Asamblea General de Naciones Unidas para sensibilizar a la a la opinión en relación a temas ambientales, intensificando la atención, y cuyos objetivos principales son darle un contexto humano, motivando a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo; promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación.
|
|
|