Hoy se conmemora el Día del Medio Ambiente, una materia vital para el desenvolvi-miento de la humanidad, pero que como seres humanos hemos ido desaprobando en forma cotidiana.
Actualmente, una minoría de funcionarios municipales aboga por proyectos que, vale decirlo, difícilmente llegan a destino, porque existen “urgencias que no pueden esperar”.
Ha quedado demostrado que las urgencias han superado siempre a lo importante, como una forma sistemática de buscar amparo a la falta de políticas permanentes.
Zárate, lamentablemente, no ha quedado fuera de esta estructura errónea a la hora de analizar cuáles son las verdaderas necesidades de la población, quitando el foco de supuestos que nos fueron impuestos desde las más ancestrales culturas. La idea de que debemos ocuparnos sin premura de las obras públicas no tiene porqué hacerse sin medir el impacto ambiental que éstas podrían generar.
La saturación de las vías cloacales han demostrado que en cualquier momento y lugar deberán circular toneladas de materia fecal a cielo abierto a metros del centro comercial de la ciudad y que serán volcadas, sin más al Paraná de las Palmas.
Mientras tanto, desgarramos nuestras vestiduras acusando de contaminación a una papelera ubicada en un país hermano, sin antes considerar nuestros errores.
Tal como pregona la premisa oriental “cuando señalas a alguien con tu dedo hay otros tres que te apuntan a ti”, quizás por eso corremos raudamente a hacernos eco del cambio climático mundial, sin mirar nuestra propia casa.
Ecología significa precisamente eso, ya que eco proviene de oykos=casa y logía de logos= estudio.
Quizás como ocurre en tantas fechas conmemorativas que parecen estar tan vacías de reflexión, convenga poner a trabajar “hacia adentro” y preguntarnos seria-mente qué es lo que le dejaremos a nuestros hijos y nietos.
¿Un Paraná desolado, un río muerto, sin vida en sus aguas? ¿Una ciudad contaminada hasta sus entrañas por quienes sólo han declamado de la “responsabilidad social empresaria”, sin siquiera haber leído siquiera sus primeros capítulos?
Los representantes de los vecinos ante los Gobiernos comunal, provincial y nacional, tienen la responsabilidad inclaudicable de velar por la “casa” de todos nosotros, para ello cuentan con un aval constitucional como el añadido en la Reforma Constitucional de 1994. Es de esperar que alguna vez empiece a implementarse y que di-cha reforma no quede en la historia solamente cómo la oportunidad que logró un presidente de la Na-ción para conseguir su reelección.
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