La serie de actos que se inició ayer en conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente permitirá promover y valorar todas aquellas acciones de prevención de los recursos naturales, así como las de adaptación y mitigación de impactos relacionados al cambio climático global.
Sin embargo, no sobran precisamente motivos de festejo ya que siguen siendo numerosos los problemas ambientales que sufre la Argentina. Problemas que no sólo permanecen pendientes de solución, sino que, como es lógico deducirlo, se agravan con el correr del tiempo.
En declaraciones periodísticas realizadas ayer, conocidos especialistas en el tema sostuvieron que el desafío que plantea la alternancia de las sequías e inundaciones sigue irresuelto y que, además, falta encarar cuestiones trascendentales como la mejor preservación de los bosques, ampliar las áreas protegidas y evitar la pérdida de distintas especies animales y vegetales, entre otras.
El tema del uso y de las ventajas y desventajas de distintas energías, las sugerencias que deberían promoverse para proteger el medio ambiente en el trabajo y en los hogares, las campañas de forestación que en forma perentoria debieran desplegarse para combatir la creciente desertización, el uso de nuevos materiales y tecnologías no agresivas con la Naturaleza, la reducción de la emisión de gases, forman parte del cúmulo de acciones que debieran impulsarse en el país.
Además de las ventajas intrínsecas que sobrevendrían, la Argentina se encuentra obligada a concretar efectivas medidas de cuidado del medio ambiente, ya que es firmante de tratados y protocolos internacionales en los que cada uno de los países se ha comprometido a cumplir con una serie de cláusulas. Compromisos que, además, cuentan con plazos precisos de cumplimiento, como el del Protocolo de Kyoto sobre limitación de gases, cuyo primer período vence en 2012.
Lo concreto es que no se ha logrado aún una difusión convincente de los alcances de la contaminación ambiental y de las estrategias para enfrentarla. Prueba de ese déficit es, en nuestra región, la creencia dominante de que la cuestión de la contaminación se limita al Polo Petroquímico, cuya importancia es desde luego eminente, aún cuando perviven, además, diversas formas de contaminación que también pueden presentarse en el suelo, en las napas de agua, en los residuos sólidos y patógenos, en los arroyos, en el mal uso de los plaguicidas, en las emanaciones tóxicas del parque automotor, en los basurales que fomentan la aparición de enfermedades como el hantavirus.
La presencia de estos y otros factores que no son inocuos, que afectan la calidad de vida de nuestro país, reclaman por lo tanto que se accione eficazmente para mitigar las agresiones ambientales, extremándose esfuerzos en todos los niveles para minimizar los impactos negativos y proteger el futuro de los recursos naturales hoy amenazados.
|
|
|