En Tilisarao viven entre 7.000 y 7.500 personas. En promedio, cada habitante produce alrededor de 700 gramos de basura, un total de 3 toneladas diarias de residuos. En 2005, surge la idea de clasificar los deshechos hogareños y, en octubre de ese año, en un predio de 4 hectáreas, ubicado a 3 kilómetros de la ciudad al margen de la autopista Los Comechingones, se inaugura la 1ª Planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos.
Los residuos que ingresan a la planta se descargan en una tolva de recepción. Por medio de un sistema desgarrador, las bolsas se rompen y permiten que la basura se libere de su envoltorio. En una cinta de 8 metros de largo, los residuos se clasifican y se separan de forma manual, por cinco operarios, y van a parar a contenedores.
Los residuos orgánicos (restos de fruta, verduras, té, cenizas) se trasladan a la zona de compostaje donde son colocados en pilas. En estos piletones, los residuos son aireados y regados para después de 60 a 70 días obtener el compost (abono orgánico).
Los residuos inorgánicos como botellas, cartones, plásticos, vidrios se separan y se prensan en fardos de 50 y 70 kilogramos para ser guardados hasta su comercialización. El material de descarte, lo que no se puede tratar que es entre un 5 y 10 %, se entierra en una fosa permeabilizada que se cubre con 20 centímetros de tierra a diario y se compacta.
Cambio de conductas, el paso fundamental
Con recursos genuinos y una inversión de 400 mil pesos, en 2005 se gesta la idea de reciclar y clasificar los residuos urbanos de Tilisarao. El impulso inicial estuvo dado por la toma de conciencia y la inminente necesidad de un cambio en las conductas de la sociedad. “Nos dimos cuenta del mal que le hacíamos al planeta y quisimos colaborar”, con estas palabras, Hugo Olguín, intendente de la localidad, explicó la motivación inicial que devino en la instalación de la planta de tratamiento de basura.
“Por ese entonces, le preguntamos a la comunidad si estaba de acuerdo con la clasificación de la basura y la aceptación fue creciendo como para otros era un tema del todo desconocido. Hasta ese momento, la basura era depositada a cielo abierto. Levantábamos los residuos y los tirábamos en un descampado donde se criaban los lechones que, por cierto, después comíamos con los festejos de fin de año; los mismos lechones que alimentábamos con nuestra basura”, recordó Olguín.
En la actualidad, la recolección se realiza a diario, en 5 frecuencias. Tres veces a la semana se buscan los residuos orgánicos y dos, los inorgánicos.
En total, la planta funciona con 12 operarios que significaron para el pueblo nuevos puestos de trabajo y, el verde de la plaza central de Tilisarao, como el de su boulevard de ingreso y los 50 por 20 metros cuadrados de cementerio parque público, se alimenta y mantiene en base a los compost que se producen de la clasificación y tratamiento de los residuos urbanos.
Los efluentes cloacales, también se tratan
En Tilisarao, la planta de tratamientos de efluentes cloacales se ubica a la par de la planta de tratamientos de residuos. Al frente, se pueden ver 30 hectáreas forestadas con 10 mil álamos.
En la actualidad, la planta funciona al 2 % de su capacidad. Sólo recibe los efluentes de 60 conexiones cloacales pero está pensada para receptar hasta 2.000 y se construyó como acompañamiento al plan provincial “Hepatitis Cero”.
El líquido cloacal del pueblo ingresa a un pozo de bombeo donde se levanta y se dirige hacia el tanque. El líquido cae en un recipiente externo donde se oxigena, porque estos desechos generan una bacteria que se come a sí misma y necesitan oxigeno para vivir. En el tanque central, y a través de un sistema de barredores, se termina con el tratamiento del líquido que después cae a un vertedero. Posteriormente y, por medio de una cañería, va a dar a un tanque australiano: el líquido ya depurado sirve para el riego de los álamos.
“Tenemos el anhelo de instalar un biodigestor para generar energía alternativa. En el futuro, con lo producido entre las dos plantas podemos envasar unas 7 garrafas y medio de gas metano por día”, concluyó Olguín.
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