Los habitantes de Villa Mercedes tendrán agua potable en abundancia y de mejor calidad que la actual. Esa es parte de la solución que se halló para el nuevo río, un desordenado cauce que creció de golpe hace un año y medio y que destrozó lotes en un área de cien mil hectáreas de la Cuenca de El Morro, hasta romper la ruta nacional 8 y la Autopista de las Serranías Puntanas, pegado a Villa Mercedes.
Ya no quedan dudas que los enormes volúmenes de tierra que cubrieron esos caminos, proviene de lotes agrícolas mal trabajados y a favor de las pendientes.
Después que la investigación del Instituto Nacional del Agua, contratada por el Ministerio del Campo el año pasado, diagnosticara que el problema es de superficie, un estudio posterior encabezado por el ingeniero agrimensor Guillermo Aguado determinó que el fenómeno natural puede controlarse y aprovecharse.
Es por ello que se licitará un estudio que determine el lugar exacto y el volumen de las vertientes y si son permanentes, que permita construir un sistema para captar el agua y conducirla por un acueducto para que con la probada calidad con que surge abastezca a la población de Villa Mercedes a un bajo costo de potabilización, y el sobrante volcarlo al Río Quinto.
Según recordó el profesional consultado por El Diario de la República, el fenómeno natural se remonta a 1940, fecha en parte de la zona toma el nombre de Colonia Los Manantiales: “El agua subterránea ha estado siempre, pero fue aumentando con el tiempo. En aquella época el suelo era sólo para uso ganadero, pero se fue desmontando y metiéndole soja y trabajando los lotes a favor de la pendiente, ayudando a que las lluvias terminaran de formar las grandes barrancas por donde hoy buscaron cauce las vertientes”.
Las lluvias abundantes de los tres últimos diez años agravaron el problema, porque encontró los suelos desnudos, que son muy erosionables, y se llevó todo. A ello se agregó que el suelo subterráneo ya estaba saturado por las napas y por lo tanto sin capacidad de absorber, describió Aguado.
Se piensa que esta cuenca puede estar comunicada con la del Valle del Conlara. El asesor del gobierno de San Luis en recuperaciones hídricas, tomó curvas de nivel y comprobó que en un punto ambas coinciden y hace suponer que un vaso comunicante explicaría el aumento del caudal que lleva hoy el río nuevo.
El agua de este río sin nombre nace en zona del Quebrachal, algunos kilómetros del cerro El Morro en dirección a Villa Mercedes.
A pos kilómetros de Los Manantiales y cerca de la localidad de Juan Jorba, hubo problemas similares hace algunos años con el arroyo La Guardia que se juntá con el canal Cerro Negro y se canalizó para conducirlo hasta el Río Quinto.
Mientras tanto, al menos cinco vertientes están volcando actualmente y están formando un gran bañado próximo a la ruta 8.
La delegación puntana de Vialidad Nacional está en proceso de adjudicación de las obras a las firmas Pascuci y Premoldeados San Luis por más de 56 millones de pesos, acordadas por convenio con el gobierno de San Luis, para construir un puente sobre la ruta nacional 8, a la altura de Juan Jorba, otros dos sobre la Autopista de las Serranías Puntanas antes de Justo Daract y canalizar un tramo del cauce con un canal impermeabilizado de 18 metros de ancho.
Para esta obra se acordó que la provincia se hará cago de la gestión de tierras y Vialidad de la inversión. “Acá tuvo mucho que ver el intendente de Jorba, Hugo Sanón, población más perjudicada porque se le cortó la comunicación con Villa Mercedes, con la que tiene una relación de dependencia”, recordó.
Para Aguado, la única forma de usar este líquido es captarlo antes que salga a la superficie, ya que una vez que comienza su recorrido superficial, transporta demasiados sedimentos y en algunos casos se saliniza.
Para aprovechar las crecidas
Piensan desviar el Río Quinto hacia el sur de la provincia
Ningún convenio impide a San Luis desviar el cauce del Río Quinto.
Guillermo Aguado tiene terminado el proyecto que prevé una captación de gran porte cerca de Villa Mercedes para tomar las crecientes de verano y desviarlas por un canal revestido de unos 10 metros de ancho por tres de profundidad hacia el sur provincial, hasta girar poco antes de Unión y luego volcar en el Desaguadero.
Esta canal central contempla derivaciones hacia las zonas de La Angelina, Buena Esperanza, Nueva Galia y Unión.
“Como en esta zona no se puede hacer embalses, la idea es almacenar la mayor cantidad de crecientes y después distribuirlas. En cien kilómetros de canal se puede guardar el doble del contenido actual del dique Nogolí”, graficó el profesional.
Esta iniciativa surgió de la preocupación por la pérdida de gran cantidad de agua que nace en la provincia durante los calores, y que termina destrozando grandes superficies rurales en Córdoba y Buenos Aires.
De todos los comités de agua interprovinciales formados, la provincia nunca firmó nada que pudiera comprometer el cauce del Río Quinto, aseguró Aguado.
Dijo sin embargo, que el gran desafío es el diseño y construcción de la obra para la toma de agua a la altura de Villa Mercedes, ya que debe tener la suficiente fortaleza como para soportar las crecientes, amansarlas y desviarlas por el canal revestido. |
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