El saneamiento del Riachuelo es un anhelo tan ansiado como postergado, una y otra vez. Con ser una noticia alentadora, el crédito por 840 millones de dólares para su limpieza, acordado ayer por el Banco Mundial, es una nueva prueba de esa morosidad.
Ocurre que esos 840 millones no integran los 3300 millones acordados por la entidad como parte del "plan estratégico" hasta 2012, sino que son, en rigor, hijos del plan estratégico anterior, demorados por los sucesivos contratiempos y objeciones que tuvo el proyecto elevado por la Argentina.
"Confiamos en que esta vez será distinto porque existe, por fin, un ente capaz de coordinar las 17 jurisdicciones que hay en juego en el saneamiento de la cuenca", fue la explicación que ayer recibió LA NACION en el Banco Mundial.
Con eso se aludía a la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), creada como ente superador del choque de jurisdicciones que, para el saneamiento del río, se presenta entre la Nación, la provincia de Buenos Aires y la ciudad autónoma de Buenos Aires, así como con otros 14 municipios afectados.
Es una triste historia de postergaciones para lo que el banco calificó como el "problema ambiental más visible del país", donde reside "la mayor concentración de pobres urbanos" existente en la Argentina. "De los aproximadamente 3,5 millones de habitantes de la cuenca 1,2 millones viven debajo de la línea de pobreza", señaló el informe.
Las autoridades del banco, que ayer aprobaron este nuevo financiamiento, confiaron en que, con las nuevas condiciones de aplicación, el saneamiento "pueda salir adelante".
Para la visión del banco, otro elemento alentador ante el escepticismo que llegó a rodear el proyecto es la posibilidad -prevista por ley- de que se "atribuya responsabilidad penal" a los funcionarios responsables del proyecto que no concreten su ejecución.

Como el Támesis
La promesa más sonada de limpieza del río data de 1997, cuando la ex secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray se comprometió a lograr para el Riachuelo una calidad similar a la del Támesis, que curó la grave contaminación de sus aguas al punto de que hoy se puede pescar en ellas.
Los 840 millones de dólares se destinarán a la primera parte del plan, con obras para provisión de agua y cloacas y la reducción de la contaminación, lo que se espera que beneficie en forma directa a los 3,5 millones de habitantes de la castigada zona.
Se prevé la construcción de un colector cloacal de la margen izquierda del Riachuelo, así como trabajos para reducir la fuerte contaminación industrial de la zona. Para eso, está contemplado un fuerte control ambiental, así como aportes no reembolsables para las empresas que operan en la zona que emprendan la transformación de sus sistemas de producción con la adopción de mecanismos ambientales sostenibles.