La Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Provincia observa con particular preocupación el magro nivel del dique La Quebrada que ayer se encontraba a 5,40 metros por debajo del nivel de vertedero.
La situación es crítica, no sólo por la profunda bajante, sino también porque recién se esperan las primeras lluvias para comienzos de noviembre.
Además, todo hace presumir que las obras de ampliación de la planta potabilizadora de La Calera, que permitirán derivar agua hacia estas poblaciones de las Sierras Chicas, se culminarán en marzo o abril del año próximo. En función de este diagnóstico pesimista, desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos ya se enviaron las primeras señales de alerta hacia los municipios de la región, con el fin de que los intendentes informen a las respectivas poblaciones sobre la necesidad de controlar al máximo los consumos.
De acuerdo a lo informado por la Cooperativa de Unquillo y Mendiolaza, el nivel del dique desciende un promedio de 3 a 4 centímetros por día, una cifra medianamente lógica, si se tiene en cuenta la población total de ambas localidades y el hecho de que el consumo diario está controlado con medidores. Los especialistas de la Subsecretaría y los directivos de la Cooperativa recuerdan que este año la temporada de sequía se inició con el dique a 5 metros por debajo del nivel del vertedero, cuando en 2008 se encontraba a sólo 2 metros.
Mientras este último verano las lluvias fueron abundantes en gran parte del interior provincial, en las Sierras Chicas fueron insuficientes y eso se nota en la altura del dique La Quebrada. Si bien siempre es posible reducir el consumo humano con más controles y fuertes sanciones a los excesos, la gran cantidad de habitantes de la zona- supera ya con creces las 55 mil personas- torna inviable bajar demasiado los consumos diarios, de modo tal de no afectar tanto el nivel del dique.
Aunque la Provincia trabaja activamente para concluir el acueducto desde Villa Allende hasta Río Ceballos, la demora en ampliar la capacidad de producción de agua potable en La Calera complicará al menos hasta comienzos del año próximo el suministro del vital elemento.
En razón de este futuro crítico, los municipios deberán organizar campañas de concientización con el fin de convencer a los vecinos sobre la necesidad imperiosa de ahorrar agua, utilizándola sólo para consumo humano y no para limpieza o riego.