Cuatro de los cinco grupos empresarios que compraron pliegos para la construcción y operación de la presa Chihuido I quedaron ayer en carrera para alzarse con la concesión. Aseguraron un 30% de capital propio, como exige la licitación, y propusieron un esquema de financiamiento que se conocerá cuando se abran los sobres número dos, el 30 de julio. "Lo que falte lo pone el gobierno nacional", le dijo ayer a "Río Negro" el secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron.
La Anses, que administra los fondos que estaban en manos de las AFJP, será el financista de la obra, con condiciones que no trascendieron. El grupo empresario que proponga menores aportes públicos, plazo de concesión más corto y mejores condiciones técnicas se quedará con la licitación.
El gobierno armó un gran acto en el Espacio Duam en el que recibió a Cameron y al subsecretario de Energía Eléctrica, Luis Beuret. Funcionarios y empleados públicos llenaron el gran recinto, adonde también se sentaron directivos y abogados de las empresas que presentaron propuestas, y la primera línea del Frente para la Victoria neuquino con el intendente Ramón Rioseco, candidato a diputado del kirchnerismo, a la cabeza.
Antes Cameron había pasado por la sede del PJ para darle a Rioseco una foto juntos. Allí dijo que en breve terminará la crisis social que afecta el mundo laboral del petróleo en la cuenca (ver aparte).
Los oferentes ya hicieron su propuesta económica, pero en un sobre cerrado que quedó en la caja fuerte de la Escribanía General de la provincia para ser abierto el 30 de julio.
Los cuatro grupos son:
Benito Roggio, Corsán Cobián, Esuco y Súpercemento (estaba también Duke Energy, pero se retiró dejando al consorcio sin un operador reconocido)
Electroingeniería, OAS, CTC e Hidrocuyo.
Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa).
Cartellone, Odebrecht.
Estas dos últimas asociaciones tampoco tiene operadores eléctricos reconocidos entre sus miembros, aunque ambos cuenta con sobrados antecedentes en la construcción de presas y montaje de turbinas.
Los cuatro consorcios fijaron una garantía de mantenimiento de la oferta mediante un seguro de caución de 30.000.000 de pesos.
La obra tiene un costo estimado en 1.000 millones de dólares. De ese total, un mínimo de 300.000.000 debe ser obtenido por los oferentes, pero de la elevación del porcentaje a financiar con recursos obtenidos por las empresas dependerá la adjudicación.
"La plata la vamos a poner nosotros", le dijo Cameron a "Río Negro". "Pero se la vamos a dar al que menos recursos nos pida", explicó.
Este esquema estuvo en riesgo el mes pasado porque el gobierno nacional no quería que los oferentes tuvieran garantías de aportes públicos para que el riesgo empresario fuera mayor, y el gobierno neuquino lo dejó trascender.
Los atractivos de la central hidroeléctrica son muchos porque el sistema nacional le comprará a Chihuido I energía a precios superiores, mediante un reconocimiento de la potencia puesta a disposición, independientemente de la energía que genere. Por eso, en el diseño se le incorporó una turbina más para que la potencia trepe por encima de los 640 megavatios (MW).
La quinta línea de extra alta tensión que saldrá de la zona de Neuquén y Río Negro hacia Mendoza ya fue adjudicada. Este tendido en 500 kilovoltios (kV) le dará a Chihuido mejores garantías porque su despacho no dependerá de las restricciones en el transporte.
La presa estará en un codo del río Neuquén, cinco kilómetros aguas abajo de la desembocadura del Agrio.
Además de generar energía, Chihuido I ayudará a prevenir crecidas del río porque su cota permitirá contener, en volumen y capacidad de erogación, una crecida como la máxima probable, según el recálculo hecho a partir de los episodios de 2006 y 2008 cuando el agua casi le pasa por encima a la presa que por ahora desvía el agua del Neuquén, Portezuelo Grande.
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