¿Se decretó la muerte del Campo de Deportes? Casi en silencio y en medio de una llamativa indiferencia de la comunidad, la contaminación de las napas freáticas que circulan debajo del Campo (o Parque de la Ciudad) amenazan con destruir el único lugar forestado de la comarca petrolera.
Institucionalmente se realizan consultas que se pierden en gestiones lentas, burocráticas y sin efecto inmediato. Esta situación, además de perjudicar a todos los habitantes de Cutral Co y Plaza Huincul, sienta peligrosos precedentes para otras industrias contaminantes que tienen asiento, o lo tendrán en el futuro, en el parque industrial.
El medio ambiente, ya se sabe, no está en la agenda cotidiana de los vecinos de esta zona. Porque toda la economía local se basa en el desarrollo de industrias contaminantes. Además el paisaje no ayuda mucho. ¿Quién podría estar interesado en que no se destruya ese desierto árido, seco, donde sólo habitan alimañas y arbustos inservibles? El medio ambiente a proteger se relaciona con la diversidad de verdes de la Cordillera.
Pero pronto sabrán los habitantes de la comarca que el medio ambiente es un tesoro que vale y mucho. Tal vez sea necesario que el Campo de Deportes se sacrifique en aras de una concientización que no parece llegar de otra manera.
En la última semana, incluso en una reunión realizada en el Concejo Deliberante de Plaza Huincul con el director de Medio Ambiente del municipio, se admitió que la contaminación del Campo de Deportes más que ceder va en aumento. Se analizan dos hipótesis, una es que la “mancha” de hidrocarburos se mueva a medida que se realizan los trabajos de remediación y por ello suban los índices de hidrocarburos en el agua. Otra es que la pérdida que la originó en primera instancia todavía no está solucionada. La empresa que contrató el Concejo Deliberante sugirió que a modo de resarcimiento YPF radique un segundo Campo de Deportes en otro sector, lo que implicaría abandonar el actual. Decretar su defunción.
Lo cierto es que ya pasaron tres meses desde que se iniciaron las tareas de remediación y los resultados no parecen ser los óptimos. Es una época difícil para los planteos ambientales, porque YPF es la principal operadora de la cuenca y ahora los ánimos están centrados en el mantenimiento de las fuentes laborales. De todas maneras vale recordar cómo se descubrió este derrame: los árboles dejaron de crecer. Aunque no se ve, la presencia de hidrocarburos en las napas puede impedir que haya espacios verdes en otros sectores de la ciudad y puede trasladarse hacia otras áreas, como los pozos de agua que funcionan actualmente en la zona de chacras.
Por ahora la causa penal radicada por la Municipalidad no dio los resultados esperados. Entonces habrá que buscar otras herramientas.
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