– ¿Cuál es la problemática actual más importante para los océanos?
– Cada vez es más notable la influencia de los océanos en la vida de las personas. De las diez ciudades más importantes del mundo, ocho son costeras. Quiere decir que lo que provoquemos en el océano va a repercutir sobre la calidad de vida de los seres vivos. Las progresiones de Naciones Unidas marcan que para el 2050 tres cuartas partes de la población va a vivir en las costas de los océanos. Los problemas son varios y podemos marcar como principales el abuso de la pesca y, sin lugar a duda, la contaminación. Los océanos influyen en el cambio climático. Si se los maltrata, la realidad será mucho más cruda.
– ¿Cuál es el estado de los océanos?
– Preocupante como mínimo. Por ejemplo se viene invirtiendo mucho en materia de pesca para lograr los niveles de años anteriores y nada de lo hecho ha dado resultado. Esto marca a las claras que el océano está al límite de lo que puede dar de especies para alimento. Hay zonas que podríamos denominar “mar muerto”, ya que sólo hay basura producto de la contaminación. No tenemos sistemas eficientes para el tratado de nuestros afluentes. Hemos empujado a los océanos al máximo de su sustentabilidad.
– ¿Hay forma de detener esto?
– Hay forma, pero va a ser un proceso largo. Por lo tanto, hay que empezar ahora. Hay que hacerlo con determinación, con afecto al mar y tener mucha prudencia, sobre todo nosotros, los argentinos, ya que tenemos los océanos australes en donde el castigo todavía no ha sido gravísimo. Sin ir más lejos, la Patagonia ha dado muestra de un buen manejo de los recursos. Se ha explotado muy bien todo sin provocar daños irreversibles.
– ¿Usted cree que desde lo político hay ganas de preservar los océanos?
– Yo creo que no alcanzan políticas sólo de ONG o de fundaciones naturales, sí o sí necesitamos de políticas impulsadas por autoridades.
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