A nivel geográfico, en Salta, la diversidad de suelos y climas hacen del agua el más escaso de los recursos, marcando a lo largo del año significativas temporadas de estiaje, desde abril a noviembre, y temporadas de fuertes lluvias, desde diciembre a marzo, que dificultan los procesos de potabilización y disminuyen la producción de las napas.
Los expertos aseguran que "si bien existe conciencia de la escasez del agua, todavía hay diferencias entre quienes utilizan este recurso".
En este sentido se sabe que el uso para consumo humano es la necesidad prioritaria, pero en una provincia en donde la actividad productiva crece a pasos acelerados, no se puede negar la fundamental importancia del riego que demanda la agricultura, donde se destaca el tabaco, el azúcar, los cítricos, la vid, la minería, las industrias de gas y petróleo, por nombrar sólo parte de esta gran evolución en la provincia.
Vale recordar que en Salta hay 3.597 kilómetros de redes de agua construidas en los últimos 70 años, con una cobertura del 93,69% en 92 localidades.
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