Muchas veces nos hemos referido a los aún inexplorados potenciales del Río Uruguay como industria turística internacional con todos sus encantos e improntas. No es un río pequeño y tiene una anchura que supera a decenas de famosos ríos del mundo y, a diferencia del Rhin o Danubio, ofrece a su alrededor una rica variedad de improntas naturales que bordean ambas orillas, con hermosa arboricultura, floricultura, ictiología, islas, y un escenario salvaje, casi virgen, fascinante. No se parece a los ríos de Europa Central y el Danubio Azul no es tan azul. El nuestro es diferente, es un mini Orinoco, es un río Sudamericano con toques de un río Paraguay aunque sin su caudal, fuerza y extensión, pero como dijimos es atractivo y no muchos en el mundo se le parecen en un marco de bellezas naturales deslumbrantes; por lo demás es un paseo fluvial inolvidable que hemos hecho en el pasado. Nosotros sostenemos que con embarcaciones especiales no muy costosas y adecuadas para este río y a su función podríamos vender nuestro medio río Uruguay al turismo completo y bien arreglado para los europeos con total éxito. Se está haciendo en todo el mundo y se vende por internet.
Leyendo un libro de geografía de Orestes Araujo, editado en 1892, decía en la que "El aspecto que presenta el río Uruguay es tan maravilloso que marinos y viajeros aseguran no han visto otro, en las zonas templadas, que le iguale en belleza, sobre todo contemplando su orilla izquierda (costa uruguaya), alta, tajada a pico en muchas partes y dejando al descubierto largas fajas de terrenos extratificados que revelan diferentes períodos geológicos…. La costa opuesta es en cambio baja, llana, pantanosa, monótona, poblada a trechos de una vegetación acuática en la que anidan aves palmípedas y sólo tiene acceso el pobre chalanero. La navegación se hace difícil cuando no peligrosa por el escaso fondo y la sobrada existencia de bancos y arrecifes y de ahí que las embarcaciones que remonten o desciendan el río, lo hagan más bien por la costa oriental, lo que contribuye a dar a esta más animación y vida y más variantes al paisaje. A distancia no es fácil distinguir la orilla del río de la tierra firme porque se confunde".
Frente a Salto tiene un ancho de 600 metros, Frente a Paysandú alcanza a las 3 millas, y 4 millas en Fray Bentos y continua ensanchándose hasta desembocar en el Río de la Plata
Por los años 30 hubo algunas experiencias turísticas fluviales a cargo mayormente de compañías Argentinas de navegación y las hubo hasta por iniciativa de armadores uruguayos salteños algunos famosos. Por los años 50 la Cía. Uruguaya de Navegación y Transportes Aéreos acondiciono un hermoso barco de carga y pasaje que fue el "Ciudad del Salto" y se hicieron varias excursiones a Salto antes de construirse la represa. Tuvo variado éxito, pero aún no estaban dadas las condiciones y era el tiempo de viajar a Europa, los españoles a España y los uruguayos a París. Así miles de uruguayos abandonaron Montevideo por avión y barco rumbo al mundo de sus ancestros y el río Uruguay debió esperar.
Pero ya es el tiempo de descubrir el río Uruguay, no sólo por los uruguayos sino por los fuera de fronteras y sobre todo europeos. Son ellos precisamente quienes buscan un mayor contacto con lo natural. Nosotros un par de veces hemos recorrido este hermoso río en diferentes tramos y en buque de pasajeros y lo hemos hecho en un simplote buque fluvial que levantaba carga en escondidos puertos litoraleños: lana, cueros, leña, carbón de leña, llevábamos tambores de combustible, encomiendas que habían llegado a Montevideo desde Europa, aunque la competencia del camión y autobús era muy fuerte. Eran tiempos en que los propios tripulantes de la embarcación hacían la carga y descarga. Seguiremos con el tema. |
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