El 17 de junio de cada año se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, con miras a sensibilizar al público al avance de los desiertos y las consecuencias de la sequía. En la actualidad, se calcula que el bienestar y los medios de subsistencia de entre 100 y 200 millones de personas están en juego, a medida que la desertificación amenaza a las comunidades que residen en zonas áridas. Es probable que el cambio climático mundial acelere la desertificación y amplíe sus efectos, en particular en las zonas áridas, que representan alrededor de la cuarta parte de los suelos de nuestro planeta.
Uno de los peligros más graves que corren las comunidades residentes en zonas áridas es la escasez de agua y la explotación excesiva de los recursos de esas comarcas. Por consiguiente, el tema del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía de este año no podría ser más apropiado: “Conservar el suelo y el agua = Asegurar nuestro futuro común”. La UNESCO redobla sus esfuerzos en la lucha contra la desertificación mediante su labor de investigación en las ciencias exactas y naturales y su capacidad de difusión por medio de la educación.
Nuestra iniciativa internacional de investigación, denominada “Proyecto sobre gestión sostenible de zonas áridas marginales” (SUMAMAD) combina las competencias de científicos especializados en el estudio de las zonas áridas y expertos en cuestiones medioambientales de Bélgica, Bolivia, Burkina Faso, China, Egipto, India, Irán, Jordania, Pakistán, Siria, Túnez y Uzbekistán, con el fin de promover la conservación de los recursos del suelo y las aguas de esas comarcas. Durante la segunda fase de este proyecto, que va de 2009 a 2013, se elaborarán también hipótesis sobre el cambio climático de manera que los responsables de la formulación de políticas y las comunidades residentes en las zonas áridas puedan responder mejor a los desafíos que plantean el cambio climático y la desertificación, y adaptarse a ellos.
Sin embargo, ofrecer soluciones para combatir la desertificación no es una tarea que incumbe únicamente a los científicos. Es preciso también redoblar los esfuerzos para enseñar a los niños y a los estudiantes de qué manera pueden contribuir a la lucha contra el deterioro de las zonas áridas. Tras los buenos resultados que obtuvo la carpeta pedagógica sobre la lucha contra la desertificación editada conjuntamente por la UNESCO y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y destinada a las escuelas primarias -iniciada en 2001 y disponible actualmente en 10 idiomas, así como en una versión interactiva en Internet en inglés, francés y español- me complace ahora anunciar la publicación de la carpeta titulada “Material educativo para los países situados en zonas secas”, disponible en árabe, francés, inglés y español. Esta nueva carpeta, dirigida especialmente a los docentes de la enseñanza secundaria y a sus alumnos, contiene un enfoque creativo de la educación medioambiental que estimula la curiosidad de los estudiantes y estimula su sensibilidad artística, con el fin de transmitir mejor el conocimiento científico y medioambiental. Esta carpeta es una de las contribuciones de la UNESCO al Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (2005-2015), del que la UNESCO es el organismo coordinador en el sistema de las Naciones Unidas.
Estos son apenas algunos ejemplos de lo que es posible hacer para fomentar la sensibilidad pública en torno a la desertificación. Por eso, en este Día Mundial, pido a todos los interesados que prosigan sus esfuerzos con miras a informar a todas las partes interesadas -comprendidos los decisores y las comunidades afectadas- acerca de los peligros y las consecuencias de la desertificación.
Koichiro Matsuura |
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