A raíz de los numerosos casos de niños de Puerto Panambí con manchas blancas en la piel, el médico Hugo Gómez Demaio llevará adelante una investigación para determinar las causas de las infecciones.
Leandro Sánchez, docente de nivel primario de Puerto Panambí, manifestó a El Territorio su preocupación porque “cada vez son más los chicos que aparecen con extrañas marcas en la piel”.
El educador contó que establecieron contacto con el médico Gómez Demaio “para que investigue el tema, porque la población tiene extrañas manchas y no sabemos qué puede ser”.
Las manchas comenzaron a aparecer este año, “pero en los puestos de salud ya detectaron el año pasado heridas sospechosas que no sabían qué era”, recordó el maestro.
Agregó que “en los centros sanitarios les dicen que son hongos, y los tratan como hongos, pero es muy extraño, ¿cómo puede ser que una población extendida tenga marcas similares en la piel?”.
Desconfían del agua
El docente señaló que los vecinos sospechan que las manchas podrían deberse al consumo de agua contaminada, ya que “se utilizan muchos agrotóxicos por ser una zona tabacalera, y éstos terminan en el río, la luz solar penetra en el agua del río Uruguay hasta zonas profundas y cuando se degradan aparecen algas”. Se preguntó: “¿Es por el agua o no? porque las manchas no aparecen en otros lados.”
Añadió que la situación se visibiliza cuando hay bajante, “el agua se torna de coloración verde, como mate cocido, con muchas algas que cuando mueren generan toxinas con un olor muy fuerte, y en el pueblo tomamos el agua sin la purificación completa”.
Relató Sánchez: “En esas épocas el proceso de potabilización no alcanza, el agua queda con un sabor muy desagradable para tomar, con fuerte olor a gamezán, un veneno muy fuerte”.
Además, indicó que “lo único que tiene en común el pueblo es el agua; industrias no hay, las manchas las tienen el hijo del tabacalero, del productor, del desocupado, del que vive en la chacra y el pueblo”.
“El único hilo conductor que se nos ocurre es el agua, por eso vamos a investigar con las herramientas que tenemos junto al médico Gómez Demaio, especialista que nos va a ayudar para ver cuál es la situación verdadera”, indicó.
El docente resaltó la importancia de que se investigue porque “no sabemos qué implicancias tiene esto, muchas veces denunciamos para que se estudie antes que aparezca alguien con una enfermedad grave”.
Por su parte, Joaquín Alberto Olivera, intendente de Panambí, manifestó: “desconozco totalmente de casos de manchas blancas en la piel, nadie fue con un planteamiento al municipio”.
En diálogo con El Territorio, el jefe comunal consideró que la preocupación de los vecinos por el estado del agua es fundada ya que “se toma el agua del río Uruguay y en epocas de bajante aparecieron algas que no pudieron ser erradicadas en el color y el sabor”.
Asimismo, reconoció que por ser Panambí una zona tabacalera “pueden aparecer casos de infecciones por la utilización de agrotóxicos”.
Respecto a las aguas contaminadas con algas, Olivera afirmó que “es una cuestión erradicada hace ya tres o cuatro meses”.
Mientras que Sánchez manifestó que si bien la situación se encuentra normalizada, existe preocupación porque “si no se hace algo vamos a estar otra vez con ese problema el próximo verano”.
“Es un problema estacional, pero con las sequías y los veranos cada vez más prolongados por el calentamiento global, el problema se extiende, primero fue un fin de semana, luego una semana, quince días y por último el problema se extendió durante meses”, expresó.
Reclamo de vieja data
Las denuncias por la contaminación de las aguas del río Uruguay comenzaron en diciembre de 2007, cuando la bajante del cauce hídrico, sumado a los fuertes calores, favorecieron la proliferación de algas que emanaban fuertes olores.
La situación se repitió en el verano de 2009 a raíz de las prolongadas sequías y la bajante del río.
Según reconoció el mismo intendente Olivera, en época de la bajante del río, “el agua que llegaba por la red tenía un fuerte olor y sabor desagrable”.
Con el propósito de buscar una solución a la falta de agua durante el períodos de sequía, la Celo de Oberá, encargada de proveer agua potable en Panambí, realizó dos perforaciones. Las mismas no fueron exitosas, ya que en la primera no salió agua y en la última el líquido no era apto para el consumo.
“Tanto el intendente como la Celo mostraron preocupación por el tema, pero necesitamos que se investigue porque nos preocupa que pueda ser algo serio”, concluyó Sánchez.
|
|
|