Más del 45 por ciento de la superficie de las subregiones áridas y semiáridas del altiplano, valles, llanos y el Chaco de país, es afectada con la desertificación, a causa de los altos índices de la pobreza.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el Día Mundial de la Lucha Contra la Desertificación y la Sequía, celebrado ayer, plantean la necesidad de asumir acciones urgentes para contrarrestar esos fenómenos que en el mundo afecta, a más de mil millones de personas.
En Bolivia, los procesos de erosión hídrica y eólica, la deforestación, los chaqueos y quemas, el sobrepastoreo y la contaminación ambiental, desertificaron más de 500 mil kilómetros cuadrados de superficie.
Sin embargo, la desertificación y sequía en el país, no sólo se debe a estos factores físico-biológicos y socioeconómicos, sino tiene que ver con la injusta distribución de la tierra.
Según el PNUMA y FAO, la desertificación en Bolivia se caracteriza por la pérdida y degradación de la cobertura vegetal, procesos de salinización, sobrepastoreo de las praderas naturales, contaminación por desechos urbanos, mineros e industriales, migración masiva rural-urbana y asentamientos en terrenos con pendientes.
Históricamente, la desertificación y la sequía en el mundo, han sido las causas para que muchas civilizaciones sean empobrecidas y devastadas.
Estimaciones de PNUMA y FAO, señalan que la desertificación afecta la vida de más de mil millones de seres humanos, comprometiendo más de 4000 millones de hectáreas de tierra, es decir, más del 30 por ciento de los territorios continentales.
La erosión de la tierra agrícola por la degradación física y biológica del suelo y con ello la pérdida de materia orgánica, destruye la estructura del suelo y anula la capacidad de infiltrar, almacenar y retener el agua de lluvia.
Siendo la desertificación una preocupación mundial, muchos organismos internacionales y nacionales, invocan tomar conciencia del problema a través de la promoción de la producción agrícola sostenible, además de disminuir la pobreza, puesto que el mal uso de los recursos básicos de la vida, el suelo, el agua, la vegetación se produce por necesidades y carencias. |
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