La contaminación de la Cuenca Matanza-Riachuelo puede perdurar por mucho tiempo si no se modifican la ineficiencia del Estado en aplicar las políticas que corresponderían y las trabas institucionales que impiden concretar las medidas ya tomadas.
Por una parte, los trabajos de limpieza de la cuenca sufren una enorme demora que no logró modificar siquiera la reiterada intervención de la Corte Suprema de Justicia. Hace cinco un grupo de vecinos demandó a empresas de la zona por contaminación. Dos años después, la Corte se declaró competente en el caso e intimó a los gobiernos nacional, bonaerense y de la Ciudad a presentar un plan de saneamiento. Como respuesta a la orden judicial se creó la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, que comenzó a realizar audiencias entre empresas y gobiernos, pero el tiempo transcurrió, no hubo acuerdos y no surgió ninguna política específica. Ante las demoras, el año pasado la Corte ordenó comenzar el saneamiento y estableció multas por las dilaciones, pero esto tampoco modificó sustancialmente la situación.
Por otra parte, en la Unidad Fiscal de Delitos Ambientales se iniciaron 237 causas por contaminación, pero las discordancias en la actuación de las diferentes jurisdicciones estatales ha trabado el avance de las mismas, por la cual aún no se han producido sanciones.
La conclusión es que el proceso de contaminación no se ha detenido y que los 10 millones de personas que viven en la zona de la cuenca no sólo siguen sometidos al riesgo sanitario sino que seguirán estándolo si no se superan las trabas que se comentan.
La situación es grave porque la Corte es la institución de última instancia para la resolución de conflictos en la sociedad y si la resistencia a sus dictámenes sigue teniendo éxito, la población seguirá en la indefensión. Este cuadro sólo podrá revertirse con un trabajo eficiente y coordinado de las jurisdicciones para avanzar en la lucha contra la contaminación.
La contaminación en la Cuenca Matanza-Riachuelo continúa porque no se cumplen las órdenes de la Corte Suprema y no avanzan los juicios por contaminación iniciados.
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