Un equipo de científicos relacionó los niveles elevados de dióxido de carbono (CO2) en las aguas con el desarrollo anormal de los huesos del oído en una especie de pez, difundió hoy la revista científica Science.
Investigadores de la Scripps Institution of Oceanography de la Universidad de San Diego, California, descubrieron un desarrollo exagerado de los huesos del oído en róbalos jóvenes en aguas donde las concentraciones de CO2 son elevadas.
Aún se desconoce si el mayor tamaño de los huesos del oído tendrá un efecto en el comportamiento o la supervivencia de los animales, pero ese desarrollo anómalo puede ocasionar consecuencias indeseables, indicó David Checkley, autor principal del estudio.
El equipo de Checkley planea investigar si las concentraciones altas de dióxido de carbono en el agua producen cambios anormales en otras especies de peces.
También tratarán de encontrar el mecanismo físico que causa ese aumento del tamaño de los huesos del oído en los róbalos y cómo afecta el comportamiento de esos vertebrados. |
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