En notas anteriores nos referimos al potencial que tiene el río Uruguay como escenario turístico internacional idílico, más allá de ser una formidable carretera acuática para dar salida a los mercados internacionales a productos y riquezas de cuatro países. Es un río que afortunadamente lo tiene todo: pesca, naturaleza por esencia, ofrece a su alrededor una rica variedad de improntas naturales que bordean ambas orillas, con hermosa arboricultura, floricultura, islas, y un escenario salvaje, casi virgen, fascinante. Para un objetivo turístico con el río Uruguay, hay que hacer un gran proyecto, incluso por etapas, que requiere inversión internacional para armar itinerarios. Se puede pensar en excursiones simples, como hacer el recorrido del río lo más entretenido posible sin desembarco, simplemente el disfrute de su ámbito; una penetración sensual a un mundo natural que entra por la vista, por el mundo de los sonidos y por los aromas desconocidos para los citadinos. Es una ojeada a un río que tiene un poco de parecido con otros, pero que es un río diferente y enormemente ancho. Con barcos adecuados sería también un ámbito y escenario ideal para realizar congresos, seminarios, talleres flotantes o celebraciones empresariales para su personal para una mejor concentración de objetivos. Estamos hablando de adquirir embarcaciones especiales tipo Mississippi, con o sin orquesta, profesor de geografía, de historia, preparar muelles en algunos puertitos muy acogedores e instalaciones de recepción de viajeros; recuperar riqueza ictiológica y la posibilidad de parar en algun puertito tres o cuatro horas para remontar con embarcaciones especiales, llegar al Hervidero, adentrarse un poco en ríos como el Negro, Cebollatí, Queguay, Yi, Yaguarí.
En el tiempo de los cruceros está cobrando fuerte interés y desarrollo en todo el mundo los viajes por los ríos, y esto ocurre no sólo en Europa sino en Rusia y otras partes del mundo.
EJEMPLO. En este tema específico vale la pena referirse a las actividades de una empresa turística que marca pautas muy importantes en este tipo de turismo fluvial, ya que están actuando en los ríos de Europa, Rusia y de otros continentes
Es una empresa integrada por Torstein Hagen de Noruega, ex presidente de la Royal Viking Line, y Ulrich Baur, un hombre con 35 años de experiencia en gerenciamiento de cruceros y hoteles a bordo y en tierra, de los cuales 10 años los pasó en Rusia. Retirados, operadores turísticos y bancarios formaron la entidad Viking River Cruises (VRC) para actuar en los ríos Sena, Rhone, y Garona en Francia; Rhin, Oder y Elba en Alemania y Danubio. También en Rusia el Dnieper, el Yenisei en Siberia, y otros ríos y el barco Taras Shevchenko, estacionado como hotel en Odessa. La empresa tenía 17 barcos a mediados del 2001.
LOS BARCOS. Hagen comenzó diseñando un esquema de explotación turística de cruceros por los ríos cuando su hija Karina y su suegra realizaron un viaje entre San Petersburgo y Moscú. Comenzó por comprar en Rusia cuatro barcos que habían sido construidos entre 1986 y 1990, el último de los cuales había sido reformado en 1993 y con capacidad para 180 camarotes. Cada uno de los otros barcos tenía capacidad para 250 pasajeros. En 1998 fueron adquiridos otros cinco barcos con una capacidad entre 96 y 180 camarotes, los que fueron destinados a operar en Francia en los ríos Sena, Rhone y Garona, y en Alemania sobre el Rhin, Oder y Elba y a lo largo del Danubio. El hecho es que la empresa Viking River Cruises continúa agrandándose y ahora tiene 17 barcos con casi 3 mil camarotes. En China abrió sus operaciones la empresa Changjian Cruise con 13 barcos, seguida de Travcotels con 12 barcos en el Nilo, KD River Cruises de Europa tiene 9 barcos, Peter Deilman opera 8 barcos. Se ha estimado que existen a flote unos 250 barcos haciendo cruceros de río en todo el mundo.
VCR estima que los viajeros por su empresa son 50% de USA, 25% Reino Unido, y 25% de Europa continental. La edad promedio anda por los 50 o más años. CLIA define a este grupo como "aventureros". Dos tercios de ellos son graduados universitarios y su promedio de ingreso anda por los 65 mil dólares anuales. Sus preferencias no incluyen el golf o el juego. Un cuarto de ellos son potenciales viajeros de cruceros y un tercio probablemente lo hagan. Las tres principales empresas fluviales manejaban el 36% de los pasajeros fluviales del mundo. Por las condicionantes, los barcos de río que se utilizan hoy día tienen 110 metros de eslora y 11 metros de ancho y aquí no es posible desarrollar las economías de escala como en los cruceros. Pero es una oferta diferente, atractiva, sorprendente y jamás experimentada antes. No tiene nada que ver con un crucero y es un placer distinto.
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