Pasaron las benditas elecciones legislativas y tanto en la Nación como en las diferentes provincias hay recambios que llevan aire oxigenado a los recintos.
Todavía tienen las mismas deudas ambientales pendientes y que se han visto postergadas por toda la vorágine electoral, pero esperan ser saldadas con la presencia de los nuevos concejales y legisladores ingresantes, muchos de los cuales han esgrimido fervorosamente propuestas ambientales en sus campañas.
Suponiendo que un gran porcentaje de estos señores y señoras sienten de verdad y entienden que dar respuestas y solución a problemas que son comunes a todos los argentinos no importa dónde ocurran, es prioridad; supongo y tengo esperanzas renovadas en que esto cambie y empiece a mejorar por el bien de todos.
Como base de trabajo o eje rector deberá estar presente en todo momento el cambio climático mundial en el que todos estamos inmersos, la adaptación a éste y el trabajo proactivo en contingencias para enfrentar las consecuencias provenientes de catástrofes ambientales como inundaciones, sequías o enfermedades emergentes y reemergentes, las cuales ya estamos sufriendo.
Pero todo esto requerirá pensar en una nueva forma de ver nuestro país y nuestra provincia, y terminar de entender que el ambiente no puede seguir siendo una variable de ajuste.
Acá repasamos entonces cuáles son las deudas ambientales que esperan:
l Ley de glaciares. Tal vez fue uno de los temas más usados por todos los candidatos, acá y en el resto del país. Pero esta vez hubo algo llamativo en Mendoza. Si bien todos los legisladores del Frente para la Victoria se alinearon atrás de la Presidenta y apoyaron el veto a ésta, dos hombres del mismo bando se la jugaron en el debate televisivo diciendo que trabajarán por la defensa del agua y eso incluye votar a favor de la ley de glaciares cuando ésta vuelva a ser tratada en el Congreso de la Nación . “¡Qué conste en actas!”, dijo la oposición. Habrá que esperar y ver si cumplen cuando llegue el momento.
Todos los legisladores de las provincias cordilleranas de norte a sur deberán unirse y velar por la integridad de las fábricas del agua que todos consumimos.
l Resolución 125. Cuando surgieron las discusiones en el Senado de la Nación por esta resolución para las retenciones, muchas cosas salieron a la luz, es decir, de la sombra de la soja. Algunas de las que salieron lo hicieron de forma tímida y sólo como chicana barata que fue utilizada en discursos de un lado y otro entre legisladores que utilizaban horas hablando mal de la soja y lo que ésta provoca.
Luego ningún legislador que en esos días se rasgaba las vestiduras, volvió a hablar realmente del costo ambiental de este modelo económico y agrario que nos está llevando indefectiblemente al deterioro de nuestros ecosistemas y sin vuelta. No volvieron a hablar del desmonte de la flora nativa, de la que sólo nos queda un tercio y en esta materia la Ley de Bosques aún espera. No se volvió a hablar de las voladuras de suelo, no se volvió a hablar de las inundaciones que esta voladura provoca, no se volvió a hablar de la contaminación por glifosato y otros agroquímicos que se utilizan a mansalva, y que esta contaminación la sufren nuestros suelos y finalmente el agua que todos de alguna forma u otra terminamos bebiendo. No se volvió a hablar de la importante disminución del porcentaje de abejas que sólo tienen un desierto verde y además contaminado. No se volvió a hablar de la pérdida de biodiversidad no sólo de fauna y flora silvestres, sino de las semillas domésticas que se van perdiendo porque los agricultores son “Monsantodependientes”, por lo tanto no existe soberanía alimentaria.
No se volvió a hablar del costo económico de haber perdido casi todo nuestro ganado vacuno de carne y leche, porque conviene más alquilar el campo para sembrar oleaginosas, que encima se destinan para alimentar ganado en países desarrollados. ¡Qué despropósito! y para hacer biodiésel para que esos mismos países laven su conciencia por la contaminación mundial que provocan.
l Minería contaminante. ¿No será hora de que algún legislador proponga comenzar a rever todas las leyes mineras que entregan a nuestro país y sus riquezas naturales atados de pies y manos?
¿No será hora de comenzar a rever el pacto binacional con Chile, el cual hace que en nuestra cordillera exista un tercer país en el cual nadie tiene ni voz ni voto?
¿No será hora de comenzar a trabajar desde presidencia y cancillería y ser un poquito más celosos de nuestros recursos y dejar de regalarlos? ¿El resultado de la elección que hizo Pino Solanas no les dice nada? ¿Qué haya provincias que han dicho no a la minería contaminante no les dice nada?
l Pueblos originarios. Son sin duda los eternos olvidados y desplazados por este modelos de país, pese a que la Constitución dice lo contrario. Lo que viene ocurriendo con estas personas, sobre todo en Chaco y Formosa, cada vez que hay elecciones no tiene palabras que lo describa. Decir que es una vergüenza o una ignominia, un ultraje o una infamia, no alcanzan.
No se puede entender que compatriotas nuestros sean tratados de la manera en que se los trata, desconociéndolos como personas. Y sólo reconociéndolos cuando hay elecciones. ¿Cómo se puede tener estómago para quitarles los documentos, trasportarlos a votar en un camión, darles una frazada y luego devolverles los documentos?
¿Cómo puede ser que una cantante como Patricia Sosa sea la que tenga que llevarles asistencia? ¿Acaso no hay un gobernador responsable de todo esto?
Esto tiene que ser investigado y llevado a juicio si corresponde, tanto el gobernador como los intendentes implicados en esta abyección que nos deshonra a todos los argentinos.
Finalmente no puedo enumerar acá todos los temas que merecen ser tratados, pero sí creo que los mencionados engloban todos los otros.
Los temas del ambiente no son de una provincia, de un municipio o de un partido político. Los temas ambientales son temas de todos. Debemos empezar a usar una nueva definición de recursos naturales, la cual se está aceptando internacionalmente y es que “los recursos naturales son bienes comunes” y como tales deben ser tratados.
Quienes tienen ahora el honor, la responsabilidad y el poder de decisión que el pueblo les ha dado deben comenzar a trabajar y ocupar sus cargos con conciencia.
Ganadores y perdedores, todos deben arremangarse y volver a sus puestos de trabajo y demostrar que son merecedores de ese lugar en las bancas y que cada voto valió, entonces las próximas elecciones no dolerán tanto.
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