Cerca de 5.000 vecinos de Alpachiri y de La Angostura ya cuentan con el servicio de agua potable, un hecho considerado histórico por los pobladores.
Durante muchos años esperaron que llegara la red de agua corriente al lugar y por fin se ha concretado, con la puesta en funcionamiento una moderna planta de extracción y procesamiento del líquido, que fue valuada en casi $ 1 millón.
Siempre obstruidos
Desde la fundación de estos pueblos, hace casi un siglo, los habitantes emplearon agua proveniente de un piletón con filtros decantadores. Sin embargo, no siempre llegaba limpia. Los filtros se obstruían con barro y sedimentos en general durante el verano. "En ocasiones pasaban meses sin que tuviéramos agua, o bien salía del caño oscura, barrosa. Hemos padecido durante mucho tiempo; ahora esperamos disponer de un servicio permanente y saludable", dijo Rosa González.
La falta de agua potable en Alpachiri y en La Angostura durante años hizo estragos en la salud de los pobladores, especialmente de los niños. Era frecuente que durante el verano estos sufrieran enfermedades gastrointestinales.
LA GACETA, en diversas oportunidades, reflejó los graves problemas que generaba entre los habitantes de ambos pueblos la carencia de este servicio esencial.
"El pozo cuenta con una alta capacidad de abastecimiento. Antes de instalarlo, se efectuó un estudio lo suficientemente amplio a fin de superar cualquier dificultad que pudiera presentarse, ya que esta es una zona con desniveles de suelo muy notables", explicó el comisionado comunal Ramón Mazzuco.
Desde el pozo habilitado en La Angostura sale un sistema de cañerías que distribuye el agua a cuatro tanques de 150.000 litros, localizados en Alpachiri. Desde esos recipientes se envía el agua, mediante la red de cañerías, a los vecinos.
Ultimos retoques
"En estos momentos se lleva a cabo el proceso de curado o de limpieza de los caños que transportan el agua. Lo bueno es que el sistema está funcionando perfectamente", afirmó Mazzuco.
"En verdad, nos cuesta creer que finalmente el agua potable haya llegado a estos pueblos. Rogamos para que el servicio no tenga problemas y para que no se repitan los padecimientos de todos los años, cada vez que llueve", expresó el vecino Oscar González, quien cuenta que una tarea de casi todos los días era ir hasta el piletón, con baldes, a buscar agua, cuando las cañerías se obstruían con barro.
"Acá, cada vez que llega el verano, se empieza a gastar en agua mineral, porque no se puede tomar el agua del caño", añadió Lauro Molina. Me enfermé muchas veces; sufría problemas gastrointestinales", agregó.
Su vecina, Lucía Medina, dijo que espera dejar de hacer hervir el agua cada día del verano. "Cuando hacía calor, el agua no servía ni para lavar ropa; salía sucia del caño y hasta bichos tenía", recordó. Todos sueñan ahora con el agua limpia y con dejar de usar los baldes. |
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