Los habitantes cercanos a la planta de líquidos cloacales de esta ciudad decidieron iniciar acciones legales contra la empresa ARSA y enviar una carta documento al gobernador Miguel Saiz para que se acerque al barrio a brindar soluciones.
Advirtieron además, que no van a permitir que se habiliten las nuevas piletas que se están construyendo y tampoco que se conecten las cloacas de la cárcel que se levanta a pocos metros del lugar.
Luego de 2 años y 8 meses de esperar medidas correctivas para mitigar los malos olores, convocaron a un abogado para iniciar una medida judicial contra la operadora de la planta. Asimismo anunciaron que elevarán una nota al Consejo de la Magistratura porque "acá hay un juez al que le pedimos en su momento que cierre las piletas y dijo que no se podía pero que iba a controlar que se cumpliera" con las acciones propuestas por diversos entes para mejorar el funcionamiento, dijeron.
Durante una conferencia de prensa que brindaron ayer en el centro comunitario del barrio Puente de Madera, los habitantes del sector hicieron un largo listado de las promesas realizadas tanto por ARSA como por el Departamento Provincial de Aguas (DPA) para que cesen los olores nauseabundos y evitar que los días de viento las aguas servidas caigan sobre sus casas.
Fueron apoyados por vecinos de los barrios ubicados a lo largo del canal de desagüe "P2" que lleva los líquidos desde la planta hacia el río y que oportunamente presentaron un amparo ecológico por la contaminación en el sector.
El titular del DPA, Horacio Collado, fue el que más críticas recibió por parte de los afectados. "La última vez vino a darnos una cátedra de contaminación y lo que nosotros necesitamos son soluciones", aseguró Víctor Alarcón, de la comisión vecinal.
Por su parte, Luis Contanzo, aseguró que "de los 14 aireadores que deberían estar en funcionamiento, sólo hay 6. Pedimos que funcionen todos y que haya 4 de repuesto. Ese fue el compromiso que asumió Collado cuando estuvo con nosotros".
Recordó que "falta un año" para que se entreguen las viviendas que se construyen para las 64 familias que viven enfrente de las piletas de tratamiento y que la situación es insostenible.
"Realmente no soportamos. No soportamos más. A la gente de la provincia le pedimos que se ponga la mano en el corazón y que haga algo con la planta. También que no avance con las obra, que ese dinero lo destine a comprar más aireadores", casi rogaron.