En el 80 % de las explotaciones, predomina el riego por goteo y en menor medida microaspersión. Los principales cultivos con estos equipos son vides y olivo.
El técnico hidráulico Mario Liotta, investigador de riego y drenaje del INTA San Juan, aconseja que a pesar de las ventajas tecnológicas que ofrecen estos sistemas, requieren de un mantenimiento adecuado para su correcto funcionamiento tanto desde el punto de vista agronómico como hidráulico y es fundamental determinar la uniformidad de riego conque opera el sistema.
Liotta explica que en la disminución de la uniformidad intervienen varios factores:
*La fabricación y los materiales utilizados hacen que emisores de un mismo modelo, no sean exactamente iguales entre si y proporcionen caudales diferentes para una misma presión de trabajo.
*Falencias en el diseño: un inadecuado diseño del sistema, en particular en el filtrado, incide directamente en la obstrucción de emisores. Asimismo fallas en el diseño hidráulico de tuberías y laterales pueden someter el sistema a diferentes pérdidas de carga y variación de presiones no acordes al emisor seleccionado.
*Obstrucciones: es unos de los principales problemas. Se destacan los sólidos en suspensión (arenas, limos y arcillas), que suelen atravesar el sistema de filtración y los precipitados que se forman debido a la composición química del agua y los abonos que se utilizan. El más común es el carbonato de Calcio. Tambièn las algas, microorganismos y bacterias que se forman en el interior de las tuberías o en los reservorios o depósitos de almacenamiento.
Coeficiente de uniformidad
El coeficiente de uniformidad (CU) es igual a la división entre q25 y qm multiplicado por 100, donde qm es el caudal medio de una instalación de riego y q25 es el caudal medio de los emisores que constituyen el 25 % que erogan el mas bajo caudal.
La determinación del caudal de goteros, microaspersores y microjets es rápida y sencilla. Para el aforo de goteros, cualquiera sea su tipo, la forma mas práctica es medir en un tiempo de 36 segundos los mililitros en una probeta graduada de 50 o 100 mililitros. Dividiendo en 10 el volumen medido nos dará el caudal en litros por hora. También se puede realizar con microaspersores y microjets, pero son necesarias probetas de 500 a 1000 ml. Ejemplo: en 36 segundos se llenan 35 ml, luego el caudal es 3,5 litros /hora.
Para determinar la uniformidad de riego se seleccionan por operación, una unidad o subunidad de riego. En general, se deben escoger aquellas que trabajen en las condiciones más difíciles (mas alejadas de los cabezales de campo) o donde se detectaron problemas a simple vista (obstrucciones de emisores, desuniformidad, bajo vigor del cultivo, etc.).
En esos sectores, se toman cuatro líneas portaemisores (laterales de riego), dos de ellos que correspondan a los mas alejados y dos intermedios equidistantes de estos. En el sentido del riego cuatro plantas: la primera, la ubicada a 1/3 del origen, a 2/3 del origen y la última. De esta forma se logran 16 puntos de medición .
Se procede al aforo en cada uno de los sitios que correspondan a la planta y se promedia el valor obtenido para los casos que correspondan a más de un emisor por planta. También se hace un promedio de los dieciséis caudales. Complementariamente se mide la presión en la válvula de control de la unidad o subunidad y al final de los laterares en que se midieron los emisores. Con los valores obtenidos a campo se ordenan en una planilla y se aplica la fórmula siguiente: CU es igual a la división entre el caudal medio de 4 sitios que recibieron menos agua y el caudal medio de las 16 plantas, y multiplicado por 100.
Liotta concluye que si el coeficiente de uniformidad debe ser lo mas cercano al 100 % y no inferior al 90 %. Si es menor al 90 %, significa que puede haber un número importante de emisores obstruidos, por lo que deberá procederse a la limpieza del sistema y nuevamente realizar la evaluación.
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