España estrenó su primer laboratorio submarino frente a las costas de Barcelona, el Obsea (Observatorio Submarino Extensible), que permitirá estudiar la contaminación acústica y de residuos, los movimientos de los sedimentos y el tránsito marino en tiempo real y a través de Internet.
Fue instalado hace dos meses por el barco oceanográfico "Sarmiento de Gamboa" del CSIC (Centro de Investigación Científica) a cuatro kilómetros de la costa de Vilanova i Geltrú y a 20 metros de profundidad.
El proyecto -cuya instalación costó 300.000 euros y tendrá un gasto de mantenimiento de 1,8 millones cada cinco años- ha superado con éxito el período de pruebas, ya que no se han registrado incidentes en el funcionamiento de la instalación que graba imágenes del fondo marino, registra variaciones acústicas y mide salinidad, temperatura y profundidad.
El laboratorio se podría utilizar en la identificación de riesgos geológicos, como la detección de terremotos y "tsunamis", el estudio de fallas sísmicas activas, erupciones volcánicas y desplazamientos submarinos, el estudio de la circulación oceánica, la variación del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos. Se espera que pueda aportar datos relevantes para el estudio del cambio climático, de las interacciones físicas, químicas y biológicas que afectan los organismos y ecosistemas marinos, los efectos provocados por los medios de transporte marítimo y el tráfico de barcos al puerto.
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