La información brindada en exclusiva por EL LIBERAL anticipa un grave problema: “Este año, la producción azucarera en la provincia de Tucumán tendrá un componente particular: se producirá mayor cantidad de alcohol de caña para biodiesel junto con el etanol, también se producirá un incremento de material contaminante que será arrojado en la cuenca Salí-Dulce”.
Existe la certeza de que el impacto sobre la vida de la flora y la fauna del Lago de Río Hondo será mortal ya que los ingenios azucareros han sido desde siempre reticentes a realizar inversiones para cuidar el medio ambiente, sobre todo si el efecto se hace sentir fuera de su propio territorio.
Hasta ahora las acciones que se han realizado para evitar la contaminación en suelo santiagueño han dado frutos diversos, pero el hecho de que Tucumán prepare un récord de producción en sectores industriales en los que no se han dispuesto los mecanismos correspondientes para limpiar sus desechos, inclinará la balanza en contra de los intereses de nuestra provincia.
La cuestión no es contra la producción de la vecina provincia, es a favor de que toda actividad industrial contemple la protección del medio ambiente. La vida del Lago de Río Hondo y de las poblaciones ribereñas se pone en juego si no se adoptan medidas efectivas y con responsabilidad. No es un tema menor. Sólo con la producción de etanol del Concepción se obtendrán 702 millones de litros de vinaza para ser tratados. Hasta ahora, el único tratamiento que reciben los residuos contaminantes de la producción de alcohol de caña es el depósito en “lagunas de sacrificio”, que son piletones al aire libre donde se evapora el residuo líquido de la vinaza dejando sólo los sólidos que pueden ser utilizados como fertilizantes. Pero estos piletones no son suficientes para contener semejante cantidad de contaminantes.
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