Las "termas sociales" anunciadas en 2006 por la Intendencia de Salto no se han concretado por falta de financiamiento. El proyecto es que funcionen con el agua de un pozo que se perforó a instancias de OSE en 1990, en el barrio Cerro de la ciudad.
El 31 de marzo de 2006, el intendente Ramón Fonticiella anunció: "Vamos a tener unas termas de la ciudad destinadas a los gurises pobres, porque OSE nos pasa en estos días las termas del Cerro". Fue así que ese organismo estatal traspasó en comodato al municipio la perforación en esa zona de Salto para desarrollar un programa con niños y adolescentes de los barrios más carenciados, que no se concreta porque faltan los recursos necesarios.
El secretario general del municipio salteño, Sergio Arizcorreta, dijo que el proyecto creado para trabajar desde la órbita del Departamento de Desarrollo Humano y Social con niños y jóvenes está latente, aunque depende de que se encuentre apoyo financiero para su concreción. "Algún dinero previmos en el presupuesto municipal para esa inversión, pero estamos realizando gestiones fuera del país para poder concretarlo y todavía no tenemos respuestas", agregó.

HISTORIA. La perforación y la construcción de una torre de enfriamiento que se debió adaptar para bajar la temperatura del agua y ser enviada a los tanques de distribución, costó más de US$ 2.000.000 en su momento. Ese dinero lo pagaron los clientes de OSE con una sobrecuota en sus facturas de un 8% a lo largo de 11 años.
Esa solución que encaró OSE permitió contar con 255.000 litros de agua por hora, mientras planificaba la nueva usina potabilizadora en la zona de Salto Chico, que entró en servicio para terminar definitivamente con el tema en 2000.
Ese año, OSE selló la perforación, que está en un predio lindero a las instalaciones del Batallón de Infantería número 7 "Ituzaingó" y de la Brigada de Infantería número 3 del Ejército Nacional.
Durante el gobierno de Jorge Batlle, Hugo Corti -dirigente del Partido Colorado- habló de la posibilidad de acordar con el Ministerio de Defensa la transferencia de las instalaciones y el predio -de una extensión de más de seis manzanas- a cambio de la construcción de una nueva sede para esas unidades militares en un punto más apartado de la ciudad para crear en ese lugar un gran complejo turístico en base al pozo termal, mediante la inversión privada.
La crisis económica primero y luego el cambio de gobierno transcurrió hasta el presente sin que se le dé utilidad a ese recurso natural. El pozo está sellado desde hace nueve años.

LOS DATOS
El pozo construido en 1990 en el barrio Cerro de la ciudad de Salto tiene una profundidad de 1.400 metros. La temperatura del agua que emana de él es de 46° C, más caliente que la de las termas de Daymán. El agua termal debió ser enfriada ya que era para consumo. Implicó un trabajo de perforación de más de un año a una empresa brasileña que afrontó reiterados contratiempos propios de una obra de esta naturaleza, que demandaba las 24 horas del día.