Con motivo de noticias aparecidas en la prensa brasileña referentes a la posible financiación del proyecto de represas en la zona de Garabí , con una afectación importante a la provincia de Misiones, vuelve a suscitarse el debate sobre la conveniencia, o no, de la construcción de represas .
Por ser un tema de fundamental importancia para el futuro de nuestra provincia, es conveniente tratar de llevar claridad al debate, prescindiendo de las posiciones personales de ecologistas a ultranza y de los grupos de presión decididos a la construcción sin condicionamiento alguno. Con el propósito de presentar un escenario objetivo para la discusión, pasamos a enumerar los fundamentos positivos y negativoas de la construcción de represas en nuestro territorio:
1) La energía hidroeléctrica proveniente de represas, se considera como la fuente más limpia y barata de generación de electricidad. La proveniente de combustibles fósiles, aunque a simple vista no se observa, genera polución y contaminación, que degradan el medio ambiente y afectan la salud de todo ser vivo, sea animal o vegetal.
2) Toda energía hidroeléctrica no aprovechada constituye un lamentable desperdicio de recursos. Los potenciales 20.000 megavatios que los 10.000 m3. de las aguas del Paraná hubieran generado en represas sucesivas sobre su curso- Corpus, Yacyretá, Paraná Medio- propugnadas hace ya más de cinco décadas por el ingeniero Fuccini Mejía y el visionario geopolítico general Guglielmelli, hubieran representado un ahorro de decenas de miles de millones de dólares que debiéramos haber atesorado, resguardando nuestro relativamente escasos y no renovables gas y petróleo que tendrían que destinarse al parque automotor y las industrias petroquímicas. Hoy debemos importar combustible fósil para abastecer la demanda de nuestro mercado interno.
3) Las represas no causan inundaciones. Por lo contrario, permiten la regulación del caudal de agua por medio del manejo de los vertederos para controlar la altura y volumen de la masa líquida.
4) La utilidad de las represas; no solo sirven para generar electricidad, sino para permitir la navegación de buques de mayor calado al elevar la cota y superar pasos difíciles. Asimismo, su uso para irrigación de zonas cultivables ha permitido un florecimiento del sector agrícola de muchas regiones del mundo donde se ha dado un uso racional y múltiple a las represas, que, en el caso del Valle del Tennessee en Estados Unidos, además de la irrigación, ha permitido una explotación intensiva del recurso piscícola y de especies vegetales acuáticas que generan una mayor productividad por hectárea que las que se obtenían de las mismas tierras antes de su inundación. En paralelo, tarifas diferenciadas de electricidad han permitido una industrialización intensiva de las comarcas situadas en el Valle.
5) El represamiento permite multiplicar el volumen de las reservas de un bien que hoy se considera estratégico y que en el futuro será considerado vital para la humanidad: el agua dulce cuya posesión será motivo de conflictos en muchos lugares por la dominación de este recurso. Por otro lado, es probable que el cuantioso volumen de agua y la presión del enorme peso que se produce en el represamiento, sirvan para engrosar las reservas del cada vez más mencionado acuífero guaraní, que de otra manera se pierden en las inmensidades del océano Atlántico sin prestar utilidad alguna a los pueblos establecidos en su ribera.
6) Una de las desventajas de las represas es que se produce un nivel de contaminación condicionado al tipo de la misma y al lugar donde se construye. Una represa de llanura como la de Yacyretá, inunda una gran extensión de terreno abarcando bosques y pastizales que representan una gran masa de materia orgánica cuya descomposición afecta la calidad del agua, restando el nivel de oxígeno adecuado para la supervivencia de microorganismos que ayudan a mantener un equilibrio en el hábitat del río. En el caso de Yacyretá, aún vemos innumerables árboles en pie que no fueron extraídos previamente para evitar una mayor contaminación. Otra es la situación con el proyecto de la represa de Corpus, situada en la denominada singularidad geográfica del Cañón del Guayrá , sus altas barrancas y la alta conformación pétrea de la zona, afectará un área inundable que apenas llega al 8% de lo que afecta Yacyretá.
7) Se puede considerar un hecho positivo si la represa la construyan empresas privadas que concursen en una licitación internacional bajo condiciones y garantías establecidas por el gobierno de acuerdo a los intereses superiores de la nación. En cambio las consecuencias serían negativas si el que va a construir la obra es el Gobierno o un ente vinculado al mismo y en este caso se deberá conseguir financiamiento para la construcción, los plazos de acuerdo a los antecedentes nunca se cumplen, el valor acordado se multiplica hasta el infinito, nadie tiene derecho a reclamar por afectaciones o incumplimientos y además existe una alta inclinación a la corrupción, tal como lo declarara un ex presidente nuestro.
8) Si las represas fueran tan dañinas como lo manifiestan las organizaciones contrarias a su construcción, no se comprendería que Brasil desde hace décadas esté construyendo represas en todo curso fluvial apto para ello, y esto lo hace bajo gobiernos de distintos signos políticos, donde ninguno de ellos paralizó estos emprendimientos. Hoy el 92% de la energía eléctrica es generada por estas represas, lo que representa un ahorro fabuloso de recursos que se destinan al desarrollo.
*ex presidente de la FEBAP (Federación Económica Brasil, Argentina, Paraguay)
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