La sequía que tanto castigó a los productores agropecuarios regionales tiene fecha de vencimiento. Así surge de los últimos pronósticos meteorológicos, según los cuales son altas las posibilidades de lluvias durante la primavera y el otoño próximos por el inicio de lo que describieron como "un ciclo de Niño fuerte".
Así lo anticipó a LA CAPITAL el director del Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, ingeniero agrónomo César Rebella, quien precisó que las nuevas condiciones meteorológicas "cambian esencialmente las perspectivas de producción de las cosechas fina y gruesa y la oferta forrajera, que tan castigadas se han visto en los últimos tiempos en la zona".
"Después del proceso de sequía tan intenso que vivimos en el ciclo agrícola pasado se está iniciando un nuevo ciclo hidrológico, caracterizado por un calentamiento en la zona del Pacífico Ecuatorial, que es donde se inician el 'Niño' y la 'Niña'" explicó el especialista.
Rebella recordó que la sequía vivida en los períodos anteriores "se debió a que esa zona del Pacífico estaba muy fría, lo que incidió en nuestra región con una disminución de las lluvias de fines de primavera y principios de verano".
Sin embargo, todo indica que la zona mencionada podría tener este año hasta 1 grado por encima de lo normal, lo cual cambia radicalmente el pronóstico.
"El pronóstico indica que estaremos frente a un Niño fuerte", anticipó y precisó que "el nuevo cuadro es muy favorable para que mejoren nuestras posibilidades de lluvias, fundamentalmente en la primavera y en el otoño próximo".
En diálogo con este medio Rebella prefirió no extenderse más allá en su pronóstico. "Los ciclos son anuales y si bien puede haber dos o hasta tres ciclos seguidos similares, de Niño o Niña, hoy no podemos vaticinarlo" dijo y recalcó que "nuestras proyecciones llegan hasta seis meses o un año como máximo".
En cuanto a las posibilidades de ir de un extremo al otro -es decir de la sequía a las lluvias excesivas- Rebella explicó que dependerá de la temperatura de la zona del Pacífico mencionada.
"Para las condiciones climáticas nuestras y de la zona pampeana en general, un grado determina un forzante climático positivo en cambio cuando está por debajo de -0,5 grados se empiezan a sentir los efectos de la Niña -explicó-. Mientras la temperatura en esa zona se mantenga en más 1 grado y menos 0,5 se dice que estamos en un ciclo neutro", concluyó.
Entre el trigo y la soja
Según especialistas y productores consultados por LA CAPITAL, las precipitaciones comenzarían en setiembre junto al inicio de la implantación de la soja, el maíz y el girasol, lo que implica el riesgo cierto de que se incremente la superficie sembrada con estos cultivos, especialmente de la soja.
En diálogo con este medio, el especialista en trigo del INTA-Balcarce, ingeniero agrónomo José Bariffi, afirmó que la superficie sembrada de trigo en la zona se redujo aproximadamente un 20%.
Según Bariffi, los productores de zonas tradicionalmente trigueras como Sante Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa y parte de la provincia de Buenos Aires se vieron desalentados tanto por las condiciones climáticas como por la descapitalización que les implicó el resultado de la campaña anterior.
En cuanto a la zona sudeste, explicó que si bien las lluvias comenzaron cuando todavía podría haberse sembrado, en general "las decisiones ya estaban tomadas, tanto por la cuestión climática como por la aparición de otras alternativas, como la cebada -que se ha incrementado notablemente- y la colza".
"Es difícil tener un número exacto pero creo que el área sembrada se redujo aproximadamente un 20%", añadió Bariffi.
El presidente de la Sociedad Rural de Mar del Plata, Rubén Santos, coincidió con el especialista del INTA en que "este año se sembró mucho menos trigo que en otras campañas", fenómeno que atribuyó a la sequía y a la situación política y económica.
"La siembra empezó tarde por la seca -afirmó Santos-. Como las lluvias se iban atrasando se sembró menos y si bien el agua de las últimas semanas fue importante, muchos ya dejaron los campos directamente para la gruesa. Personalmente creo que la mayoría se va a inclinar por la soja", concluyó.
Como en 1902
El especialista en trigo del INTA-Balcarce, el ingeniero agrónomo José Bariffi, afirmó que la superficie de trigo sembrada en todo el país durante esta campaña es de 5 millones de hectáreas, una cifra similar a la que se registraba en 1902.
"Volvimos más de 100 años para atrás" dijo el especialista, quien además consignó que la cosecha de este año podría no superar los 7 millones de toneladas, mientras que no hace más de siete años se logró el récord de 16 millones de toneladas.
"Si al total que se coseche le restamos el consumo interno, que ronda entre los 5 y los 6 millones de toneladas, tendremos un saldo exportable muy bajo" advirtió Bariffi quien recordó que países tradicionalmente compradores del trigo argentino, como Brasil, han optado por recurrir a otros mercados para satisfacer sus necesidades.
"Brasil sólo nos estaba comprando ente 6 y 7 millones" dijo el especialista quien relató que el país vecino reemplazó a Argentina por países como Estados Unidos, Canadá y la ex Unión Soviética. "Si volvemos a producir rápido nos va a volver a comprar pero lo cierto es que ya están planteándose la posibilidad de producir ellos mismos" advirtió.
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