"Hemos dado un paso importantísimo, este es un acuerdo histórico", dijo Lula, en la Casa de Gobierno, en Asunción al anunciar el acuerdo junto a Lugo.
"A Brasil no le conviene tener un vecino que no tenga su mismo ritmo de desarrollo", agregó.
El compromiso, según la declaración, incluye el pago de Brasil a Paraguay de unos 360 millones de dólares anuales de compensación por cederle parte de la energía que le corresponde, contra 120 millones actualmente.
Brasil abre además la posibilidad a Paraguay de vender energía al mercado de su país, aunque no a terceros países, un reclamo paraguayo que no obstante se contemplaría a partir del año 2023.
Lula también comprometió financiar varios millonarios proyectos de infraestructura para el desarrollo de Paraguay a través de créditos blandos del sistema bancario brasileño.
"En 10 meses, gracias a la voluntad de este gobierno y del presidente Lula hemos avanzado en un reclamo que tiene 30 años. Iniciamos una nueva era en las relaciones de Paraguay y Brasil", dijo visiblemente emocionado el presidente Fernando Lugo.
El presidente anunció que se avanzó en el reclamo de un precio justo en la energía que su país cede a Brasil y que supondrá un crecimiento en 200% en la compensación que Paraguay recibe actualmente.
"Son 360 millones de dólares (por año) que mi gobierno se compromete a destinar al desarrollo productivo y en las graves necesidades sociales de nuestro pueblo", señaló el gobernante y ex obispo de la Iglesia Católica.
A dicha cifra hay que sumar 450 millones de dólares por el financiamiento de una línea de transmisión de 350 km de extensión, desde la represa hasta Asunción, lo que permitirá una mayor distribución de energía eléctrica en todo el país a un precio muy inferior al actual.
Lugo anunció además que Brasil admite -por primera vez en la larga y conflictiva historia de Itaipú- la libre disponibilidad para que ambos países puedan vender la energía a terceros países desde 2023. Actualmente se obligan a venderse entre ellos (Paraguay vende a Brasil el 95% de lo que le corresponde en la represa).
"Los países mayores tenemos la obligación de ayudar a los países de economías menores para que puedan dar un salto de calidad en su capacidad de desarrollo, iniciativa y competitividad. A Brasil no le interesa desarrollarse sin sus socios", aseguró por su parte Lula.
Hace tres o cuatro años, cuando se desarrollaron las negociaciones con Bolivia por el tema del gas "no faltaron brasileros que quisieron que endurezcamos nuestra relación con Bolivia. Pero yo siempre dije que un país tiene que respetar a otro para construir acuerdos", agregó.
"Hoy no tenemos diferencias con Bolivia", agregó.
Lugo y Lula suscribieron una declaración conjunta que contempla el acuerdo y que fue leída por el canciller paraguayo Héctor Lacognata ante periodistas en el palacio de Gobierno, sitio del encuentro, un día después de la finalización de la cumbre Mercosur.