Un gran número de las casas del barrio 50 Viviendas Norte comenzó a presentar importantes fallas estructurales, en particular provocadas por la conexión a la red de agua potable, y a sólo dos años y medio de que fueran entregadas por el Instituto Provincial de la Vivienda.
El conglomerado, ubicado en el extremo norte de la ciudad, fue ocupado por los propietarios el 3 de enero de 2007, pero poco tiempo después las viviendas comenzaron a evidenciar problemas que revelaban fallas en la construcción.
"Fisuras en las paredes, humedad, asentamiento de parte de las plateas sobre las que se construyeron las casas, entre otros", enumeraron los vecinos en una carta que enviaron a este diario.
"Pese a informar a través de notas al IPV sobre la situación, sólo llegaron (al barrio) a inspeccionar y recaudar datos y nunca más volvieron ni tomaron medidas que garantizaran un freno al deterioro", remarcaron.
Uno de los problemas más graves es el de la provisión de agua, no ya por la falta sino por la precariedad con la que llega a las viviendas: en la mayoría de las casas, la conexión con la red domiciliaria se hizo con una "manguera" de PVC negro, que de acuerdo con lo que señalaron los afectados, "no resiste la presión del agua y acelera las grietas y el asentamiento del terreno".
Desde el organismo se indicó, por otro lado, que en días pasados, empleados de la empresa constructora responsable llegaron a las casas para instalar pilotes en las viviendas que presentaban daños en las platabandas.
Por estas circunstancias, la gente del barrio resaltó que hacen "pública nuestra problemática, con la esperanza de que las organizaciones del Estado funcionen como debe ser y solucionen lo que no solucionaron antes". Concluyeron asegurando que, si no hay respuestas efectivas, "nos veremos obligados a iniciar acciones legales".
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