Fiorella Temoche Arango, obstetra de 24 años, y Micaela Galiotti, trabajadora social, de igual edad, viajarán al "Impenetrable", selva del Chaco boreal donde habitan comunidades indígenas wichis y tobas y de cuyas civilizaciones ya se conoce mucho a través de los medios y de las visitas, incluso, de varios famosos -tal el caso de Patricia Sosa-.
Es un viaje cuya esencia es la labor solidaria. Fiorella y Micaela exploraron mediante Internet esta civilización, y saben de sus necesidades, sus carencias en materia sanitaria, nutricional, edilicia y en servicios. Aportarán lo que ellas saben que pueden llevar a través de un transporte. "Sabemos que ropa les han llevado mucho. No tienen agua y esto no los deja ni siquiera preparar sus alimentos, por eso pedimos a todos los que deseen sumarse que donen agua mineral y artículos comestibles no perecederos. Conseguimos que un camión de 9 de Julio nos transporte los elementos y a nosotras también, justo había dos lugares" decían. Estas dos jóvenes tendrán dos días de viaje, uno para ir y otro para volver, y piensan permanecer tres días en la selva chaqueña, más específicamente en los pueblos "Nueva Pompeya" y "El Pintado". No lo hacen para vivir una aventura, dijeron a nuestro medio, "necesitamos acordarnos y ayudar a los que otros olvidan. Muchas veces nos quejamos de nuestras carencias y hay gente que sin dudas vive peor que nosotros, soportando la indiferencia del resto de los argentinos".
No tienen miedo, están dispuestas a enfrentar este desafío, y para esto viajarán primeramente a La Plata para aplicarse las vacunas contra las epidemias que hay en la región, pero ya están muy decididas a realizar este viaje. "Tenemos que conocer y hacernos cargo de lo que les pasa a nuestros hermanos argentinos", comentaban. No quieren ir con las manos vacías, por eso nos dejan sus teléfonos: (02343) 44-0336 (Fiorella) y 44-0302 (Micaela), para las donaciones; si no, pueden llevarlos a sus domicilios.
Será una experiencia única e inolvidable, teniendo en cuenta inclusive que los indígenas de esa zona no hablan el mismo idioma que el común chaqueño. Esto nos deja una reflexión sin dudas, no está todo perdido, hay jóvenes en nuestro país preocupados por las necesidades de sus hermanos y esto es bueno. Tal vez más adelante se pueda ayudar a gente del conurbano bonaerense o de otras provincias. Ojalá esta actitud pueda ser imitada por otros tantos jóvenes de su edad. |
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