El alto caudal del río Limay provocó un virtual "estallido" de las cañerías cloacales de distintos barrios cercanos a la zona ribereña en la capital neuquina. Ocurre que los efluentes cloacales que deberían caer al río, literalmente vuelven a través de los conductos y escapan hacia las calles y veredas. La planta depuradora está saturada, hay una obra de reparación paralizada y el Limay lleva un promedio de 900 metros cúbicos de caudal promedio.
"La gente tiene el riesgo de todo tipo de enfermedades en la puerta de su casa. Hemos pedido al EPAS que estudie alternativas porque estamos ante un riesgo cierto de que los líquidos cloacales lleguen a la zona del bajo de la ciudad", afirmó Julián Villar el subsecretario de Servicios Urbanos .
Ayer por la tarde, "Río Negro" recorrió la calle Correntoso. El olor es irrespirable y el agua cubrió toda la arteria y en partes también las veredas.
Los vecinos de la zona -de los barrios Confluencia y Belgrano- han denunciado la situación desde el lunes.
Las quejas cayeron en la municipalidad de Neuquén donde, a su vez, le reclamaron al Ente Provincial de Agua y Saneamiento.
Villar decidió clausurar la calle Correntoso pues una enorme y profunda laguna con fuerte olor ha ganado casi todo los espacios. El arquitecto se refirió a los riesgos y dijo que es posible que el bajo de inunde de líquidos cloacales. Villar utilizó términos elocuentes pero pidió que no se reproduzcan.
Es que a raíz de la presión se levantaron las tapas de las cloacas y "teníamos agua saliendo como si saliera de un volcán", graficó.
El líquido cloacal se desparramó ayer por la tarde en distintos sectores y motivó acciones de emergencia por parte de la municipalidad de Neuquén con el apoyo del EPAS, responsable de la planta depuradora Tronador, colapsada desde hace 15 años.
La planta en cuestión puede tratar sólo el 40% de los líquidos y sólidos que llegan hasta allí. El resto, lo arrojan sin tratar al río Limay. Se estima que unos 2.000 metros cúbicos de líquidos cloacales terminan diariamente en el curso de agua. Para graficar: el equivalente a la carga de más 2.700 camiones atmosféricos son arrojados al Limay.