La obra de ensanche del canal Ibarlucea se enfrenta a un cuello de botella que en unos días obligará a su paralización temporaria hasta tanto se resuelva el traslado de unas 50 familias de Nuevo Alberdi Oeste que viven muy cerca de la margen del arroyo. Si bien los trabajos continúan, las máquinas se detendrán antes de llegar al sitio donde se encuentran las viviendas, muchas de ellas desde hace varios años. No obstante, todavía no está claro dónde serán relocalizados esos vecinos ya que la idea original era que fueran a la llamada "zona cero", que aún está en etapa de definiciones.
La canalización del Ibarlucea comenzó los primeros días de este mes en el marco de una serie de obras hidráulicas en la cuenca del Ludueña. Pero si bien los trabajos debían prever la relocalización de 50 familias cuyas viviendas serán afectadas por el ensanche, las máquinas comenzaron su tarea antes de resolver esa cuestión. En este marco, los vecinos afectados se reunieron ayer con funcionarios provinciales y la directora del Distrito Norte de la Municipalidad, Adela Armando, en virtud de la preocupación que les genera el acercamiento de las máquinas.
En conjunto. "Hace tres años que la Asamblea Popular Nuevo Alberdi Oeste viene trabajando institucionalmente con la Municipalidad por este problema, y ahora sucedió lo que veníamos denunciando: las obras de ensanche del canal Ibarlucea no contemplaron que a la vera viven y trabajan 50 familias", señaló ayer Juan Monteverde, de la agrupación Giros, que desde hace años realiza trabajos comunitarios en la zona. Precisamente desde esa entidad se remarcó que el problema excede lo habitacional, ya que la obra no sólo afectará las viviendas sino también muchos hornos de ladrillo que constituyen el modo de vida de gran parte de los vecinos.
Monteverde agregó que la asamblea de vecinos admite que la canalización es imprescindible para evitar inundaciones, pero de la misma manera "el municipio siempre acordó con la necesidad de que las familias afectadas debían ser relocalizadas, cosa que no sucedió". En principio, según el referente de Giros, estos vecinos iban a ser trasladados a un plan de 1.500 viviendas en la zona cero, donde comienza la autopista a Santa Fe.
Lo que sucedió fue que mientras el proyecto de urbanización se postergaba mareado entre tantas promesas y anuncios oficiales nacionales, provinciales y municipales —hace varios años que se viene hablando de la "zona cero"— las obras hidráulicas "se destrabaron antes", según se les explicó ayer a los afectados.
Los trabajos ya están llegando al puente Bouchard, ubicado a unos cien metros de las viviendas asentadas sobre la orilla. "Los vecinos expresaron su inquietud por la continuidad de las obras pero se les aseguró que no seguirían adelante mientras no se resuelva esa situación", señaló Adela Armando, y agregó que es un tema que tendrán que resolver entre el municipio y la provincia.
Por el momento, desde el Ministerio de Aguas santafesino se aseguró que las obras pueden continuar sin afectar esas viviendas. "Hay cosas para hacer aguas arriba, no vamos a avanzar sobre esas casas", señalaron fuentes de la cartera de Antonio Ciancio, también sujetas a lo que se resuelva entre el municipio y la provincia en torno a la relocalización. En este sentido, los vecinos quedaron a la espera de novedades.
Por el momento, desde el Ministerio de Aguas santafesino se aseguró que las obras pueden continuar sin afectar esas viviendas. "Hay cosas para hacer aguas arriba, no vamos a avanzar sobre esas casas", señalaron fuentes de la cartera de Antonio Ciancio, también sujetas a lo que se resuelva entre el municipio y la provincia en torno a la relocalización. En este sentido, los vecinos quedaron a la espera de novedades.
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