Los vecinos del barrio Línea Chica de Montecarlo acudieron preocupados a las autoridades municipales ante el cambio de color de las aguas del arroyo Caraguatay que cruza cerca de sus casas. Allí desembocan los efluentes de la Fábrica de Fécula de Mandioca de la Cooperativa Agrícola, aunque también de un frigorífico y otras industrias. Tras la denuncia, se tomaron muestras para el análisis e intervino el ministerio de Ecología que confirmó los temores de los vecinos. Así se supo que la aparición de hongos es lo que afectó la salubridad de las aguas. Y que el problema sería consecuencia del robo de máquinas del circuito de circulación de los desechos, según dijeron desde la cooperativa.
Hoy el proceso está en vías de solución, según comentaron las autoridades que ayer realizaron inspecciones en el lugar (Pág. 8).
Misiones todavía es una provincia verde. Y uno de los grandes desafíos es que esa promesa verde que le quita el sueño a tantas asociaciones ecologistas, principalmente internacionales, se transforme en una mejor calidad de vida para sus pobladores.
Pero el cuidado del ambiente puede resultar un lujo para quienes tienen como prioridad el pan para hoy. Por eso, la rápida acción para el tratamiento de las aguas del arroyo Caraguatay es una excelente noticia.
Sobre todo porque, las mismas dudas que movilizaron a los vecinos de Línea Chica comparten otros vecinos misioneros que viven a la vera de otros tantos cursos de agua que surcan Misiones. Y quizás el ejemplo de los montecarlenses, los anime a pedir ayuda.
Prosecretaria de Redacción
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