El tramo del río Uruguay a la altura de Garruchos, sería el primer cierre de la represa.
En medio de los estudios de factibilidad que se están realizando en el río Uruguay a la altura de la localidad correntina de Garruchos, donde se emplazaría la central hidroeléctrica, el proyecto Garabí amenaza con sembrar polémica por el impacto que podría tener en el medio ambiente. Mientras la Legislatura de Misiones analizará un llamado a plebiscito para que la población decida si están de acuerdo o no con la construcción de la represa, el Gobierno de Corrientes mantiene su optimismo por los beneficios energéticos que tendrá la obra para la provincia. Las asociaciones ambientalistas correntinas, por su parte, mantienen desde hace varios meses cierta cautela sobre el proyecto.
A pesar de la discusión por la cantidad de cierres que se proyectan para Garabí, y el pedido de Misiones de acceder a los mismos beneficios que Corrientes en materia energética y de regalías (ver aparte), el debate por el impacto ambiental que tendrá la construcción de la represa hidroeléctrica de Garabí levantará polvareda entre asociaciones ambientalistas e impulsores de la mega obra.
En este aspecto, la vecina provincia de Misiones tomó la delantera en las últimas semanas, a raíz de la pública intención de una empresa del estado brasileño de iniciar cuanto antes la construcción de la hidroeléctrica. En este marco, el gobernador misionero, Maurice Closs, mantuvo ayer una reunión con la presidente, Cristina Fernández de Kirchner, en la cual planteó la necesidad de que Garabí cuente con dos cierres, uno en cada provincia involucrada.
Asimismo, un proyecto presentado por el diputado Ricardo Biazzi en la legislatura misionera solicita convocar a una consulta popular, obligatoria y vinculante en esa provincia para que los ciudadanos se pronuncien por sí o por no respecto a la construcción de la represa Garabí. El documento pide que “dentro de los 90 días de sancionada presente ley el Poder Ejecutivo convoque al acto comicial” en el cual los ciudadanos decidirán el futuro de Garabí.
Si bien el Gobierno de la vecina provincia se explayó a favor del proyecto (y recibió una respuesta favorable a sus reclamos de parte de Nación), una eventual negativa de la mayoría de misioneros pondría en vilo la ejecución de la obra.
Como atenuante, la prensa de Misiones informó sobre la existencia de un informe técnico de más de 7.000 folios, que fuera elaborado por expertos de la Universidad Nacional de Misiones (Unam), con aportes de Corrientes, la Nación y del Banco Mundial, donde se detallan innumerables impactos negativos por la construcción de la presa. Más de 32.000 hectáreas inundadas, la destrucción del ecosistema del río Uruguay, la desaparición de poblados costeros y la radicación de enfermedades, son algunos de los impactos que advierte el documento, el cual, según la agencia de noticias Vista, se encuentra en manos de ambos Gobiernos provinciales y del nacional.
En lo que respecta a nuestra provincia, los representantes de Corrientes en la Comisión Mixta que analiza la construcción de Garabí apoyaron la moción de Misiones sobre la necesidad de que la obra incluya dos cierres: uno en Garruchos y el restante en territorio misionero. Sin embargo, fueron cautos a la hora de hablar de los detalles de la obra, y consideran que en primer término es necesario finalizar el estudio de factibilidad que se está desarrollando hace algunos meses en el río Uruguay, en el tramo compartido entre Argentina y Brasil, donde se emplazaría la obra.
Asimismo, todavía no se escucharon las opiniones de las asociaciones ambientalistas con sede en Corrientes. En este caso, el centro de la polémica podría instalarse en la ciudad de Santo Tomé (cabecera departamental de Garruchos), donde existe un grupo de ecologistas que años atrás organizó varios actos contra la instalación de la pastera Botnia a orillas del río Uruguay. En esta oportunidad, aunque río arriba, se construirá Garabí, una obra que a pesar de que todavía no fue iniciada, promete instalar una fuerte polémica ambientalista en la región.
Informe técnico alertaría sobre las consecuencias
El matutino misionero “Primera Edición” publicó días atrás la existencia de un informe técnico de unas 7.000 páginas, elaborado por expertos de la Universidad Nacional de Misiones, con aportes de Corrientes, la Nación y del Banco Mundial, donde se detallan los impactos ambientales y sociales que aparecerán con la construcción de Garabí. Entre las previsiones más perjudiciales para el medio ambiente están la destrucción del ecosistema del río Uruguay el enorme costo social que acarreará el procedimiento.
“Estructura poblacional y social, Patrimonio Cultural y Turístico” es la denominación de uno de los informes del documento, en el cual se explicita que “la estimación del área afectada por la represa arroja una cifra de aproximadamente 32.304 hectáreas o 323 kilómetros cuadrados en Misiones”. Este impacto se distribuye en 15.336 hectáreas en el departamento Apóstoles, 12.139 en Concepción de la Sierra, y 4.779 en San Javier, con unas escasas 54 hectáreas en el departamento Oberá”. Asimismo, señala que la población que deberá ser relocalizada oscila entre las 15 las 20.000 personas.
Según este informe, los asentamientos que desaparecerán por completo debido al embalsamiento del río son Puerto Azara, Puerto Concepción, Puerto San Lucas, Puerto San Isidro, Puerto Itacaruaré, Isla Itacaruaré, Puerto Blanes, Puerto Sara y Puerto Rosario, todos ellos en Misiones. San Javier es el núcleo urbano más importante entre los afectados y el que recibirá un impacto mayor en cuanto a la cantidad de personas, viviendas, infraestructura y equipamiento que deberá relocalizarse, de acuerdo a este informe.
El informe también alerta sobre la aparición de enfermedades por el impacto social. “Los nuevos asentamientos de migrantes en la región debido a los cambios económicos o culturales incorporarán factores negativos, facilitarán el ingreso o aumento de los vectores de hábitos domiciliarios como la vinchuca, los animales domésticos, mosquitos causantes del contagio de la fiebre amarilla, paludismo y dengue y la aparición de distintas parasitosis”, revela el diagnóstico.
Otro apartado especial es el Programa de Diagnóstico del Sistema Ambiental. Allí se explica que “la fauna regional afectada al proyecto está integrada por especies chaqueñas y paranaenses. Algunos mamíferos están en vías de extinción regional, entre ellos el yaguareté, tapir, chancho del monte, ciervo de los pantanos y ciervo de las pampas; otros mamíferos presentes en el área son: zorro pampa, puma, zorrino común, mulita chica, etc; las aves son abundantes, entre ellas, el ñandú, inambúes, chuña patas rojas, el amenazado tordo amarillo y la cachirla dorada”.
Este segmento de incomensurable valor informativo, además detalla críticas académicas hacia otros proyectos hidroeléctricos ya consumados: “Las grandes represas hidroeléctricas de Yacyretá (Corrientes) y Urugua-í (Misiones), al anegar vastas superficies han provocando la desaparición de ecosistemas y especies. Las comunidades más sensibles a estos cambios son las asociadas a los cursos rápidos y someros y a las selvas en galería, que ven interrumpidos los ciclos de inundaciones habituales”, expresa.
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