Miguel Bertolami, docente e investigador de la Universidad Nacional de la Patagonia, y Maite Narvarte, del Instituto de Biología Marina de Chubut, fueron seleccionados por la Nasa (Nacional Aeronautics and Space Administration) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) de Argentina entre 15 investigadores del país para integrar el equipo que se encargará del Satélite de Aplicaciones Científicas.
El lanzamiento del mismo está previsto para no antes de mayo del próximo año desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en California.
En una misión conjunta, de un mínimo de tres años, el satélite construido en Argentina llevará un grupo de instrumentos, entre ellos el sensor Acuarius de la Nasa, que tiene como objetivo proporcionar mapas que determinarán la concentración de sales en la superficie marina, un indicador clave de la circulación oceánica y su influencia en el cambio climático.
Por otra parte, los instrumentos de la Conae suministrarán información ambiental, incluyendo peligros naturales, estudios epidemiológicos y calidad del aire.
Trascendió ayer que la Nasa seleccionó 15 proyectos que serán financiados con un total de 8.000.000 de dólares en el curso de los próximos cuatro años.
La Conae y el Ministerio de Ciencia y Tecnología seleccionaron un número similar de proyectos en los que participarán científicos de Argentina y Brasil.
CIENCIA ARGENTINA
Los científicos encargados de los 15 proyectos argentinos son Miguel Bertolami, de la Universidad Nacional de la Patagonia; Marcelo Cassini, de la Universidad Nacional de Luján; Carlos Cotlier, de la Universidad de Rosario; y Dora Goniadzki, del Instituto Hidrológico de Buenos Aires.
La lista también incluye a Raúl Guerrero, del Instituto Nacional para la Investigación y Desarrollo Pesquero; Haydee Karszenbaum, de la Universidad de Buenos Aires; Maite Narvarte, del Instituto de Biología Marina de Chubut; Alberto Piola, del Servicio Naval Hidrográfico; Gloria Pujol, del Servicio Meteorológico Nacional, y Mirta Raed, de la Universidad de Luján.
Los otros científicos son Raúl Rivas, de la Universidad Nacional del Centro; Cristina Rodríguez, del Departamento Chileno de Oceanografía; Héctor Salgado, del Servicio Hidrográfico Naval; Paola Salio, de la Universidad Nacional de Buenos Aires, y Cristina Serafini, de la Universidad Nacional de Luján.
Investigador que alertó sobre la desertificación
A través del trabajo con imágenes satelitales, Miguel Bertolami analizó el proceso de avance de la desertificación. Los datos muestran un área superior a 3.000.000 de hectáreas, que incluyen el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz. Sostiene que la ganadería y la actividad petrolera podrían ser las causantes del preocupante fenómeno.
Si bien el golfo San Jorge constituye un ambiente con cierta fragilidad debido a los procesos de desertificación sufridos a lo largo del tiempo, las consecuencias de este fenómeno se han acentuado con la presencia del hombre y la explotación de diversas áreas, como la ganadería, la actividad petrolera y la minería.
Bertolami expresa que los datos muestran un área superior a 3 millones de hectáreas en las que pueden observarse grandes sectores con coloración blanquecina, que son las áreas con mayor problemas de desertificación y representan aproximadamente un 26% de degradación grave, el 50% de la misma posee degradación media y el 24% de la superficie corresponde a la degradación de carácter medio a leve.
El investigador, docente de la Cátedra de Ecología de la Facultad de Ciencias Naturales, trabaja con imágenes provistas por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) a partir del convenio firmado con la UNPSJB. |
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