El arroyo la Cañada, que atraviesa todo el sector sudoeste de la ciudad de Córdoba, presenta un alto nivel de contaminación con bacterias fecales. Así lo detectó un estudio encargado de manera conjunta por el Foro Ambiental Córdoba y La Voz del Interior.
La Cañada, nominada en segundo lugar como una de las siete maravillas de Córdoba, ingresa a la Capital provincial por el sudoeste. En ese sector presenta un panorama muy diferente al del centro de la ciudad: es sólo un hilo de agua que corre lentamente por una zanja.
El arroyo pasa por debajo de la avenida de Circunvalación, y pocos metros más adelante, en la zona que está siendo urbanizada por el Grupo Edisur, comienza a recibir el aporte de efluentes contaminantes.
Primero atraviesa un sector de criaderos de cerdos, lo que puede explicar por qué ya presenta contaminación con bacterias coliformes fecales antes de la desembocadura del canal Renault. Allí se tomó la primera de las cinco muestras, que fueron analizadas por el laboratorio de Microbiología de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Los resultados se condicen con la imagen del arroyo: el agua es oscura y no permite ver el fondo, pese ser poco profundo. La presencia de coliformes fecales es de 380 por mililitro de agua, cuando lo permitido por la Provincia y la Nación (sendas subsecretarías de Recursos Hídricos) es 10 por mililitro.
Además, los análisis encontraron la presencia de la peligrosa bacteria Escherichia coli –que puede provocar enfermedades como la hepatitis y el síndrome urémico hemolítico– también por encima de lo admitido: ocho por mililitro cuando se acepta hasta 5,74 por mililitro.
El segundo punto de muestra fue la desembocadura del canal Renault. Los líquidos que transporta ese ducto despiden un fuerte olor ácido y dejan una capa de sal en la ribera. También se puede apreciar una capa aceitosa sobre el cauce de la Cañada.
En ese sector no se encontró presencia bacteriana. No obstante, desde el Foro Ambiental sospechan que los efluentes pueden contener algún tipo de metales pesados.
Indirectamente, en ese mismo lugar, el arroyo recibe un respiro. El canal Maestro Sur pasa a pocos metros y está desbordado, por lo que el agua –mucho más limpia– termina en La Cañada diluyendo de alguna manera los efluentes.
Más contaminación fecal. La Cañada continúa su camino hacia el centro de la ciudad. Unos 800 metros después del canal Renault aparece otra desembocadura: la del canal Anisacate. Allí el olor es insoportable, el cauce de ese ducto aparece en superficie unos 400 metros antes del arroyo, dejando en el ambiente un fuerte olor a materia fecal.
El canal Anisacate transporta, entre otros, los efluentes de la planta depuradora de líquidos cloacales de barrio Inaudi, y los descarga en la Cañada. Cuando se unen las aguas, se forma espuma y el arroyo se torna otra vez oscuro. Allí, los análisis detectaron la presencia de coliformes fecales 136 veces por encima de lo permitido, aunque no se encontró Escherichia coli.
Metros más adelante, desemboca un desagüe cuyos líquidos registraron 1.424 bacterias coliformes fecales por mililitro, de las cuales 40 eran Escherichia coli.
Los exámenes concluyeron luego de todas estas descargas. La última muestra se tomó después que la Cañada es atravesada por un puente ferroviario. Allí, el nivel de coliformes fecales y Escherichia coli fue de 1.280 y 22 por mililitro respectivamente. En ese estado, sigue su rumbo hacia el Centro.

Tipos de bacterias
Coliformes. Bacterias con forma de coli, en referencia a la principal del grupo: Escherichia coli. Viven en el intestino de animales y del hombre por lo que son indicadores de contaminación fecal. “Escherichia coli”. Su presencia indica contaminación fecal reciente, ya que este microorganismo no vive habitualmente másde 24 horas fuera del intestino.

Sigue hacia el Centro
La alta recepción de bacterias fecales por parte de La Cañada es realmente peligrosa, ya que lo hace antes de su ingreso a las áreas más densamente pobladas y transitadas de la ciudad de Córdoba: barrio Güemes y el área central.
Estos análisis probablemente expliquen en parte el olor que despide el tradicional arroyo en algunos sectores, y la presencia altísima de bacterias fecales en su unión con el río Suquía. Cabe recordar que un año atrás, estudios de la UNC detectaron gran número de esas bacterias en la confluencia de esos dos cursos de agua.