Hace casi dos años, cuando asumió la actual comisión en la vecinal Las Américas, los proyectos pasaban por contar con garitas de colectivos, acordes al lugar, de ingreso a la ciudad, sobre un tramo de una ruta (11), sin edificios ni casas que hagan reparo. Se pensaba, entonces, en estructuras más cerradas, de material, que protejan a los usuarios del transporte de un aguacero o de un día de frío. También, la idea era avanzar con la construcción de especies de bicisendas, en Avenida de Las Américas, en tramos que la gente tiene que caminar por las banquinas y los colectivos deben parar sobre el asfalto cuando llueve. Se logró la concreción en un tramo; falta el resto.
En esos proyectos estaba puesta la atención, dicen Marcelo Ruggeri y Estaban Lescano, integrantes de la comisión vecinal, pues “suponíamos que lo demás venía solo, que no era tan difícil pretender que llegaran los servicios básicos, mínimos”. Y enumeran, como demandas primordiales del barrio: el gas natural, las cloacas y el agua dulce. Es que los tres servicios sólo alcanzan a una parte del barrio, mientras que el resto se las arregla con agua salobre, garrafas y pozos negros.
RECLAMOS. En el caso del agua dulce, asevera Ruggeri que la red llega hasta calle Balbín. A partir de esa arteria, las casas son abastecidas mediante pozos. El agua dura genera inconvenientes en las instalaciones internas, artefactos (calefones) y hay hogares que compran bidones para beber y cocinar. En tanto quienes reciben agua dulce, dicen que la provisión llega sin fuerza y que este invierno padecieron escasez. “En este último mes aumentó la presión, pero en pleno invierno no había agua. No lo podía creer”, apunta Lescano, afectado por la faltante.
Los caños de la cloaca también llegan hasta Balbín y para avanzar se requiere una obra complementaria con bombas impulsoras, pues hay desniveles en el terreno. En vista de ese panorama, los vecinos consideran lejana la posibilidad de contar con esa infraestructura en el corto plazo. Una situación similar observan respecto del gas natural. Las redes se extienden hasta Crisólogo Larralde, se trata “sólo de una porción del barrio”. Entienden que no tienen chances de ser incluidos en el programa de ampliación de redes lanzado por la Provincia, puesto que necesitan la construcción de una estación reguladora para potenciar el flujo del combustible. Y “esa obra no la contempla nadie”, redondea Ruggeri.
CALLES, BASURA. La falta de mantenimiento de las calles —la mayoría son de tierra—, la recolección de ramas y las falencias en la iluminación conforman también el planteo de los vecinos. “Son temas que no deberían estar en discusión”, opina Ruggeri, quien añade que desde la Unidad Municipal Nª 3 (sureste) se explica “que tienen un solo camión y que ese camión dos por tres no marcha”. El problema —concluyen— es que esa unidad no tiene herramientas.
Desanimados, afirman: “A través de la vecinal, por los canales normales, no hemos logrado nada”. Se refieren concretamente a los pedidos elevados a la Comuna y repasan el sentido de una organización vecinal: “Es ser intermediaria entre los vecinos y la Municipalidad”, sin que se filtren factores partidarios, ni religiosos”, según está escrito en las ordenanzas, ilustran. En consonancia, Ruggeri dice estar enterado de que otras vecinales reciben dinero (el mes pasado, la Comuna entregó aportes a 17 entidades en el marco de un fondo para hacer pequeñas obras y en base a proyectos, según se comunicó) o respuestas a los reclamos. “Vemos que la Municipalidad no siempre trabaja para el vecino, sino para el votante. Y no nos referimos a este Gobierno en particular, sino que es una práctica que ya viene de años”, aclara Lescano, vicepresidente de la vecinal. Seguidamente, Ruggeri (secretario) señala, con preocupación, el hecho de que la Comuna “no conteste ninguna nota. Según la legislación, tiene que contestar” las presentaciones. Aunque menciona –casi como una excepción-- a la Dirección de Medio Ambiente, pues generalmente atiende los pedidos. Aporta a continuación que tampoco se obtiene “mucha información” acerca del avance de los expedientes mediante la página digital oficial. Así las cosas, la opción sigue siendo el teléfono. Por último, coinciden en que ese sector sur de la ciudad se trata de “un sector olvidado”.
Para destacar
Colas en semáforos. La fila de autos llega a las tres cuadras habitualmente y hasta 1,5 kilómetros los domingos por la tarde. El cuello de botella se produce principalmente en Avenida de las Américas y Newbery, donde hay un regulador de cuatro tiempos. Es la única entrada por el sur y se les dificulta la salida de los barrios a los habitantes de la zona. La vecinal elevó el problema, a través de notas, a la Comuna, informan los vecinalistas.
Iluminación: Avenida de las Américas tiene muchas lámparas sin funcionar. El problema más grave es Crisólogo Larralde que está sin luz, desde hace años cuando se robaron un gran tramo de cables. Ruggeri y Lescano aseguraron que vienen pidiendo el arreglo desde la gestión anterior. “Dicen que no tienen insumos”, comentan y agregan: “Nos han propuesto que compremos las lámparas y ellos la cambian”. Eso ocurrió hace unos tres meses, afirmó Ruggeri.
Más información
Jurisdicción: Aseveran que se trata de la vecinal más grande. Se extiende desde Avenida Ramírez hasta Jorge Newbery, de ahí hasta División de los Andes, de Larralde a Garrigó y de Juan B. Justo y hasta Zanni. La vecinal publica un boletín, tiene un blog: http://vecinaldelasamericas.blogspot.com/- y la dirección es vecinaldelasamericas@hotmail.com
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