Valdemar Rodrigues se desempeña como profesor en el Estado Federal de Piauí, y como presidente del Consejo del Instituto Desert, organización no gubernamental que se encarga de la problemática de la desertificación en Brasil. Señala que “el Instituto recién ahora está preparando algunos otros proyectos que hemos trabajado en varios Estados del nordeste del país, y estamos aguardando una financiación para empezar nuevos trabajos”.
En la COP 9, desarrollada días atrás en la Ciudad de Buenos Aires, Rodrigues ocupó el rol de corresponsal científico por Brasil. Al finalizar la primera Conferencia Científica, afirmó que “no pudo conseguir resultados efectivos” ya que “lo que hemos visto fue una buena recompilación bibliográfica, unos buenos resúmenes, pero no más que eso. Como fue la primera recién, a lo mejor vamos a ir aprendiendo y las siguientes van a ir mejorando”.
Por otro lado, como participante, resaltó las inconveniencias de realizar la COP 9, paralelamente a la Asamblea General de la ONU en Estados Unidos, ya que dificulta la visibilidad en los medios de comunicación. “Realizar una COP como esta que para nosotros es muy importante, en la misma semana que se realiza la Asamblea General de la ONU, es como matarla. En Brasil hay un expresión que dice ‘es como estar acá hablando a nuestros ombligos’, es decir, hablando a nosotros mismos. Y esto no puede ser así, una Convención tiene que ser una vitrina, tiene que decir al mundo que mire la desertificación, el hambre, la pobreza”, opinó.
En cuanto a los avances que manifiesta la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra el Cambio Climático, a diferencia de la Convención de Lucha contra la Desertificación que vas más rezagada, Rodrigues afirmó que “de las tres Convenciones (Cambio Climático, Biodiversidad y Desertificación), la de Cambio Climático, se resuelve con tecnología, la de Biodiversidad haces la reserva, los parques, y proteges; y la de Desertificación no, porque la desertificación se trata de la gente. Muchas de las áreas desertificadas en el mundo, son áreas que en el pasado eran de colonización inglesa, francesa. Entonces, para tratar de combatir desertificación hay que tocar en el mercado internacional, hay que buscar no se si culpables en el pasado, o llamar a la responsabilidad de lo que hicieron, entonces yo creo que por eso es mucho más difícil, más complejo. Hasta mismo aquí dentro que somos los interesados, no hay acuerdo.
Y por otro lado el cambio climático afecta todo el mundo, toca a los ricos y a los pobres, pero la desertificación es en zonas áridas, zonas pobres”.
La desertificación en Brasil
El nordeste semiárido del país constituye el área más afectada por la desertificación y la degradación de la tierra. La mayor parte de las causas de este flagelo están relacionadas a un uso intensivo y antiguo de las tierras. Rodrigues señala que el nordeste de Brasil fue colonizado muy temprano y tiene la mayor densidad de población nacional, a diferencia de la Argentina en donde las zonas áridas no tienen densidad poblacional.
En Brasil hay un índice que va a los 30 habitantes por kilómetro cuadrado, esto representaría 20 millones de personas, lo que genera una sobreexplotación de los recursos. Rodrigues sostiene también que la minería fue causa de degradación de la tierra y desertificación en Brasil, y en cuanto a las consecuencias de la degradación de los suelos de las plantaciones de soja señala que “no están en el semiárido. La Convención dice que la desertificación son los climas áridos. Hay una parte en Piauí donde vivimos, que el cerrado llega, hay soja, pero las precipitaciones son más altas”.
En cuanto a las políticas implementadas por el gobierno de Brasil, asegura que hay acciones, pero que “no son acciones que llegan a la gente. Son acciones de organización, elaboración de planes de combate, políticas, seminarios, reuniones”. Cuenta una experiencia fructífera del gobierno en Pernambuco, en donde trabajaron con 520 familias en la lucha contra la desertificación. Hacían entrenamientos para mejorar los modos productivos, la disponibilidad de agua y el saneamiento básico. Pero comenta que “lamentablemente esos programas que son directos no tienen continuidad”.
“En Brasil las cuestiones medioambientales son una política de Estado, pero se prioriza todo lo que es la Amazonía. Estamos peleando para que el ministerio de Medio Ambiente pueda ver el resto de Brasil, porque Brasil no es sólo la Amazonía”, declaró. La desertificación, según Rodrigues, es el problema más extenso. Pero señala además otras cuestiones ambientales a resolver como lo son los problemas urbanos, ya que “en toda América Latina hay una concentración de gente muy grande en las ciudades. Esto afecta profundamente a los recursos hídricos”. Las quemas, además, son un tema muy serio en Brasil, “porque nosotros estamos como el cuarto emisor de CO2, pero no por desarrollo, sino por quema. También la reducción de la biodiversidad nos preocupa mucho, en el nordeste además de la desertificación tenemos una reducción muy drástica de biodiversidad”, afirmó.
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