Arrojar aguas servidas es una falta estipulada en el Código de Faltas, en el Capítulo II sobre Residuos en General. Sin embargo, la Supervisión de Inspección General, por semana, recibe entre 20 y 30 denuncias por este tema. Pero como el procedimiento indica que previamente se debe intimar al infractor, sólo se labran semanalmente entre 3 y 5 actas.
El supervisor de Inspección General de la comuna capitalina, Cristian Balbi, explicó que de acuerdo con el procedimiento a seguir, primero se realiza la intimación y de hacer caso omiso, se labra el acta de comprobación.
El funcionario explicó que se reciben denuncias por problemas referidos al agua servida, de manera telefónica, personal o por el mismo personal jerárquico de la municipalidad. Los supervisores se dirigen al lugar, se constata el problema y averigua cuál es el origen.
"Cuando uno pasa por la calle, lo primero que piensa es en aguas servidas, pero a veces se trata de agua potable que escapa de un caño. De ser así, nos dirigimos a la empresa Aguas de Catamarca y los intimamos de acuerdo con el criterio del inspector y la magnitud de la pérdida; se da un plazo de 24 a 48 horas para solucionar el problema", remarcó.
Estas escenas pueden observarse, como lo informó este diario, a lo largo de varias cuadras por la avenida Güemes y en inmediaciones de la esquina de Juan Chelemín y Avellaneda y Tula.
Balbi recalcó que muchas veces, los domicilios tienen pérdidas en las veredas y en el interior. En estos casos, se notifica al propietario para que se solucione. En cambio, si se trata de una pérdida en las instalaciones o porque la gente acostumbra a largar el agua a la calle, se notifica en un plazo a criterio del inspector.
"Ahora esto se agudizó un poco más por el dengue. Los asentamientos (poblacionales) por lo general son zonas problemáticas. A través del Pro.Me.Ba se van haciendo organizaciones y solucionando el tema de cloacas. En algunos barrios, la gente tiene fosas y se vuelve un problema qué hacer con el agua. Tratamos de hacerles entender que rieguen las plantas y el pasto para no tirar afuera, pero a veces les resulta difícil, tal vez por los tiempos y las actividades que tienen. Por ahí se tiene un poco de consentimiento en estos casos", comentó.
Balbi informó que, dentro de todo, tanto la Empresa Aguas de Catamarca como los vecinos acatan la intimación y por ello, pese a que estimativamente por semana ingresan entre 20 y 30 denuncias, éstas sólo derivan en pocas actas de comprobación. "Tenemos un alto acatamiento con la empresa y los vecinos, lo cual deriva, en promedio en 3 ó 5 actas de comprobación por semana. Las zonas norte y sur suelen ser un poco más problemáticas, pero generalmente en todos lados pasa algo. Muchas veces es un problema técnico, por presión", agregó.
Multa y clausura
En este marco, se informó que el Juzgado de Faltas Nº 2 de la Municipalidad declaró responsable a Luis Esteban Agudo por no contar con la respectiva habilitación comercial de Rentas Municipal de su local, del rubro lavadero, en Bartolomé de Castro 460, al momento de la inspección y por derrame de agua servida a un arroyo, debido a que no cuenta con la conexión a las cloacas correspondientes. Hasta tanto obtengan las disposiciones legales relacionadas con la habilitación municipal, el local fue clausurado. Por ambas infracciones, fueron confeccionadas las actas de comprobación Nº 17503 y 17412, respectivamente, con fecha del 16 de septiembre último, y se le impuso al infractor de una multa de $2.000.
PÉRDIDAS
?Si bien el agua de las cunetas, en una primera impresión pareciera que se trata de aguas servidas, la Supervisión de Inspección General aclaró que a veces se trata de pérdidas de agua potable.
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