El presidente Álvaro Uribe pidió hoy a los colombianos ahorrar agua y energía a fin de evitar un eventual racionamiento, como consecuencia de la sequía que afecta a gran parte del país, asociada al fenómeno climatológico El niño.
Tenemos una muy preocupante disminución de lluvias y parece que se va a prolongar, nos toca en el gobierno racionalizar muy bien cómo se va a producir energía, puntualizó.
El mandatario también indicó que todos los municipios del país deben prestar atención a sus acueductos e implementar rápidamente los planes de emergencia.
"Por favor, que cada uno de ustedes le diga al vecino, a la esposa, al esposo, a la novia, al novio, al compañero de trabajo, al compañero de estudio, al compañero de deporte: disminuyamos el consumo de agua, disminuyamos el consumo de energía, para que podamos superar esta época de sequía que nos preocupa mucho", subrayó.
Uribe insistió en que el gobierno seguirá con atención cómo se genera energía, para no vaciar los embalses del país.
El fenómeno climatológico de El Niño mantiene en alerta hoy a las autoridades colombianas ante la amenaza de severas sequías y el riesgo de incendios, que ya comenzaron a hacer estragos en el sector agrícola.
De acuerdo con fuentes especializadas, como consecuencia del calentamiento de las aguas del Pacífico y el repunte de las temperaturas asociadas a este fenómeno la capacidad útil o el nivel de los embalses en el territorio nacional se ha reducido significativamente.
Los expertos consideran que esta reducción se debe fundamentalmente a una notable baja en las precipitaciones en las regiones donde se localizan las represas, a la vez que se realiza un constante monitoreo para conocer diariamente la capacidad disponible y el impacto del fenómeno El Niño en las mismas.
Según las autoridades meteorológicas, dicho fenómeno ha incidido en una disminución de las lluvias en las regiones Caribe y Andina colombianas, donde se estima que habita el 75 por ciento de la población nacional.
En tanto, en Bogotá en la actual temporada se presentan días soleados con temperaturas de hasta 23 grados centígrados, lo que constituye una rareza para una ciudad que se encuentra a dos mil 600 metros sobre el nivel del mar y que suele ser fría y presentar por está época lluvias permanentes.
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