La conservación del Limay superior en su estado natural y el rechazo al proyecto hidroeléctrico Segunda Angostura fueron las consignas que movilizaron ayer a casi 300 personas hasta las orillas del río. La excusa fue el 14 aniversario del "abrazo al Limay", que en 1995 convocó a más 5.000 vecinos y consiguió frenar en ese entonces la construcción de la represa.
Los ambientalistas que organizaron el acto recordaron que el emprendimiento no está descartado en forma definitiva y sigue en los cajones de la secretaría de Energía de la Nación. Están convencidos de que si el reclamo se diluye Segunda Angostura volverá al ruedo.
Recordaron que un embalse en ese punto crítico inundaría el único tramo del correntoso Limay que conserva su fisonomía original y alteraría también en forma irreversible la regulación natural del lago Nahuel Huapi.
La ONG Comunidad del Limay advirtió además sobre "las versiones acerca de una posible reactivación del loteo del Anfiteatro", que esa entidad denunció y consiguió frenar hace dos años.
El emprendimiento inmobiliario afectaría uno de los recodos del río de mayor valor paisajístico y pasaría por alto las restricciones impuestas por la provincia de Río Negro cuando creó el Área Protegida río Limay.
José Gámez, de la Cdl, dijo que la única manera de frenar la presión de los inversores sobre toda la zona es que la provincia reglamente cuanto antes la ley que declaró el área protegida.
Ayer participaron alumnos de las escuelas de Dina Huapi, representantes de distintas organizaciones sociales, guardaparques del PNNH y numerosos vecinos y funcionarios. Para emoción de muchos, varios de los chicos presentes pasaron por el micrófono y dejaron sus mensajes.
Una niña leyó lo escrito por Analía, quien tenía 9 años en ocasión del primer "abrazo". Hoy tiene 23 y llamó a fortalecer la "conciencia" sobre los riesgos ambientales que pesan sobre el Limay. "La mayor riqueza que tenemos es la naturaleza en su apariencia natural", aseguró.
Un representante del Centro de Estudiantes del CEM 96 pidió apoyo para cuidar el cercano río Ñirihuau, que fue afectado por las obras destinadas a reparar el puente de la ruta 40. Denunció que los trabajos habían afectado la vegetación costera y la extracción de áridos no respetó ningún plan ambiental.
Antes de entonar el clásico "Dulce Limay", de Marcelo Berbel, (mientras dos kayaquistas bajaban el río) el cantautor local Edgardo Lanfré añadió también una severa crítica a la minería a cielo abierto. "Pensar que hay algunos que quieren echar a perder el agua para sacar oro. Además de este delirio de la represa está este otro delirio de la minería y del envenenamiento del agua", dijo.
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