Un aumento de la demanda de distintos tipos de bombas para impulsar agua superior al 200% con respecto a lo que el mercado movilizaba tres meses atrás, y un crecimiento inusitado de las perforaciones domiciliarias son los signos más elocuentes de la respuesta ante la crisis hídrica que afecta a nuestra ciudad.
Un breve relevamiento realizado ayer por este diario entre comerciantes y empresas del rubro permitió conocer en parte el grado de percepción que tienen los usuarios sobre la situación presente.
"La gente considera que el problema está para quedarse --la falta de agua--, porque es fruto de largos años de desinversión, de falta de obras de importancia, y porque además, se sigue improvisando". La frase resume en forma casi unánime lo que los comerciantes dicen escuchar desde el otro lado del mostrador.
Desde Jorge Arribillaga se indicó que "el incremento en la venta de bombas presurizadoras, centrífugas, de profundidad y toda la línea de accesorios se incrementó notablemente".
Señalaron que ante la falta de presión en la red, se opta por colocar un tanque cisterna al ingreso de la cañería y una bomba de baja potencia que sube el agua al tanque elevado.
El equipamiento comprende un tanque plástico de 400 litros, dos flotantes eléctricos y una bomba centrífuga. Su valor es de unos 1.100 pesos, y el cliente se lleva además una plegaria para rogar que el agua llegue a su propiedad.
Si ese no fuera el caso, en el mercado existen equipos que presurizan la red --aparentemente no se permite su uso por la depresión que causan-- y aseguran la provisión de agua, pero a costa de dejar sin el líquido a los vecinos.
"Hasta ahora, nadie había tomado conciencia sobre la falta de agua, ni la importancia de colocar en su casa un tanque cisterna. Eso se está revirtiendo. La gente que dispone de lugar piensa directamente en hacer una perforación", señalaron desde Arribillaga.
Para Víctor Bernabé, la situación es clara: lidiamos con cañerías de distribución de más de cien años de antigüedad, sin la sección apropiada, y con pérdidas que pueden llegar al 50%.
"La gente se pregunta porqué ABSA hace perforaciones nuevas en Cabildo y las bombea, en lugar de bombear los pozos surgentes que están distribuidos por toda la ciudad", comentó Bernabé.
El comerciante advirtió que dado que el agua del acuífero freático "no es de buena calidad", ya es tiempo de que la gente comprenda que lo más razonable es tender dos líneas de distribución domiciliaria y abastecerse desde una perforación, además de la red de ABSA.
"Eso le permitiría tener dos tanques independientes y usar el agua sin potabilizar para higiene, lavado general y riego", subrayó el comerciante.
Bernabé sostuvo que el crecimiento en la venta de bombas centrífugas se ha multiplicado "dos o tres veces" con respecto al invierno.
La consulta de este diario también incluyó a algunas empresas dedicadas a la perforación y explotación de aguas subterráneas, desde las que se adelantó que los equipos pesados, de mediano porte, "tienen trabajo contratado hasta fin de año, por la explosiva demanda de los barrios altos: Patagonia, Palihue, Palos Verdes, Aldea Romana".
"La gente está tan preocupada por la falta de agua como por el aumento de la tarifa. Se piensa en el agua subterránea para destinarla a piletas y riego, fundamentalmente", dijeron desde una de las empresas consultadas.
El aumento de la demanda abrió además, un nicho muy interesante para pequeñas máquinas --no superan los 70 centímetros de ancho y son muy versátiles--. Esto les permite ingresar por una puerta y perforar en sitios poco accesibles.
"No podemos tomar más compromisos hasta el mes de febrero, porque tenemos todo cubierto, considerando que perforamos de 4 a 5 pozos por semana", aseguró otro conocido operador.
Desde Hidráulica Bahía, otra de las empresas de mayor trayectoria en el rubro, manifestaron que "la venta de bombas sumergibles para destinarlas a riego y piletas es cada vez más importante, lo mismo que la demanda de tanques y centrífugas".
Subrayaron que, por lo general, la franja de consumidores en condiciones de hacer una inversión para solucionar la falta de agua es "de buen poder adquisitivo", dado que si se suma mano de obra y materiales "hay que hablar de 3.500 a 4.500 pesos de gasto".
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