Estudios realizados sobre estas fuentes minerales han permitido crear una amplia gama de tratamientos dermocosméticos basados en sus propiedades terapéuticas.
El agua termal procede de fuentes que poseen propiedades terapéuticas. El líquido elemento se filtra en la tierra a una profundidad tal que se calienta hasta alcanzar temperaturas, que la hacen ascender por cualquier grieta geológica hasta la superficie. Durante su ascenso, el agua recoge diferentes minerales que la convierten en un líquido de propiedades únicas.
Estas aguas poseen factores energéticos como la potente ionización, mineralización, radiactividad, gases y variaciones de PH.
La mineralización de las aguas termales depende siempre de la composición del terreno por el que circulan o se acumulan. En general contienen flúor, hierro, bromo, boro, yodo, cromo, sodio, fósforo, arsénico y silicio carbónico entre los minerales más destacados.
A la gran variedad de composiciones minerales y temperaturas del agua, corresponden diferentes propiedades. Con el agua termal se elabora un gran número de productos cosméticos de tratamiento, que proporcionan los cuidados necesarios a todas las pieles.
Baños
El agua mineralizada y caliente de las “termas” tiene diferentes efectos en el cuerpo humano. Algunos autores las dividen en tres: biológica, física y química, aunque en realidad todas actúan al mismo tiempo.
El baño en aguas termales aumenta la temperatura del cuerpo, matando gérmenes, entre ellos virus, además aumenta la presión hidrostática del cuerpo, por lo que aumenta la circulación sanguínea y la oxigenación. Este aumento en la temperatura ayuda a disolver y eliminar las toxinas del cuerpo.
Al aumentar la oxigenación, hace que mejore la alimentación de los tejidos del cuerpo, motivo por el cual incrementa el metabolismo y estimula al mismo tiempo las secreciones del tracto digestivo y del hígado.
El baño repetido (especialmente en períodos de 3 a 4 semanas) puede ayudar a normalizar las funciones de las glándulas endocrinas, así como el funcionamiento del sistema nervioso autonómico del cuerpo. También existe un mejoramiento y estímulo del sistema inmune, relajación mental, producción de endorfinas y regulación de las funciones glandulares.
Hay enfermedades de la piel que pueden tener una marcada mejoría por baños en aguas termales. Las enfermedades que más se benefician son la psoriasis, la dermatitis y las enfermedades por hongos. En algunas ocasiones también ayudan en la cura de heridas y de otras lesiones de la piel.
Propiedades
Tipo de aguas termales con acción más directa y específica sobre la piel:
-Ricas en cloruros: contribuyen a regular el exceso de sebo subcutáneo y calman la irritación de la piel.
-Ricas en sulfatos: aportan elasticidad a la piel y tienen un efecto relajante sobre el organismo.
-Ricas en flúor: destacan por su acción antiséptica sobre el cutis.
-Ricas en hierro: mejoran diversas afecciones de la piel y actúan como un eficaz complemento en las dietas adelgazantes.
-Ricas en cobre: favorecen tanto la síntesis del colágeno por parte de los fibroblastos, como de la melanina por los melanocitos y la de la queratina por los queratinocitos.
-Ricas en zinc: tienen una eficaz acción epitelizante, hidratante y reparadora. Además, logran contrarrestar y mejorar los cuadros de acné.
-Ricas en calcio y magnesio: destacan por su función generadora de la actividad enzimática de la piel.
-Ricas en sodio: ayudan a controlar el equilibrio hídrico de la piel.
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