El partido Integración Ciudadana presentará un proyecto de ordenanza en el Concejo Deliberante solicitando al departamento Ejecutivo que interceda ante la empresa Aguas Bonaerenses SA (ABSA) y la Autoridad del Agua (ADA), para que procedan al control de las actividades que se realizan en las orillas del arroyo Napostá, a fin de evitar que se generen sustancias que afecten la potabilidad de su agua.
"El Código Alimentario Nacional prevé que el agua potable no debe contener sustancias o cuerpos extraños de origen biológico, orgánico, inorgánico o radiactivo, en tenores tales que la hagan peligrosa para la salud", destacó Integración Ciudadana, mediante un comunicado institucional que lleva la firma de Raúl Woscoff, Norberto Martínez, Raúl Ayude, Roberto Jarque y Roberto Cimatti.
El pedido se relaciona con un informe realizado por personal técnico cercano al partido, en referencia al uso que se realizará en los próximos meses del agua del Napostá para el consumo humano, a partir de la construcción de una planta potabilizadora que ABSA ubicará en terrenos de Altos del Palihue, propiedad de la Universidad Nacional del Sur.
"No sabemos si esa planta será suficiente para eliminar estas bacterias ni tampoco hemos escuchado nada en concreto respecto de este tipo de contaminante. En ese aspecto, siempre es bueno prevenir", señaló a este diario Raúl Woscoff, concejal electo de IC.
En su comunicado, el partido señala, además, su preocupación por la contaminación microbiológica del arroyo, teniendo en cuenta que --según aseguran-- el 60 por ciento de los patógenos humanos son zoonóticos, es decir, provenientes de las heces de animales, y transportados por el agua.
"Algunos de estos denominados "patógenos emergentes" ni siquiera son mencionados todavía por el Código Alimentario Nacional, tal el caso de los Cryptosporidium, Rotavirus, Legionella, Escherichia Colli y Cianobaterias", añade el escrito.
Ante esta eventual carga bacteriana, IC propondrá al municipio, mediante un proyecto de ordenanza, que solicite a ABSA y ADA que se proceda, además, a controlar las actividades que se produzcan en las orillas del arroyo, tanto en lo referente a la cría de ganado como a las actividades agrícolas y el uso de pesticidas, sugiriendo la colocación de cercos a lo largo del curso para evitar su contaminación.
Este proyecto acompañará al elaborado por IC proponiendo la creación de la dirección de Hidráulica municipal.
Responsabilidad sanitaria
A pesar de sus escasos cien kilómetros de recorrido, las aguas del arroyo Napostá lleguen contaminadas a Bahía Blanca.
Nacido en el cerro homónimo, en la zona media del cordón serrano de Ventania, el Napostá llega a la zona del puente Canessa, en las afueras del casco urbano, conteniendo elementos parasitarios considerados inconvenientes para el consumo humano.
Los mismos son originados, de acuerdo con estudios realizados en la materia, por los pesticidas utilizados en campos de la región, la presencia de animales muertos y el volcado de materias inconvenientes provenientes de poblaciones ubicadas a la vera del cauce.
Esta condición se agrava cuando el arroyo ingresa en la zona urbana, debido al vuelco de residuos cloacales y la defecación de perros y ratas.
"Es necesario que las autoridades sanitarias adopten medidas tendientes a evitar que el hombre y los animales tomen contacto con estas aguas, peligrosas para la salud", señalan las conclusiones de un estudio parasitario realizado, en 2000, por profesionales de la cátedra de Parasitología Clínica del departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la Universidad Nacional del Sur y la de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata.
Los carteles de "prohibido bañarse, aguas contaminadas" que desde hace años se observan en el embalse que se genera en el Parque de Mayo, dan cuenta de esa realidad.
La decisión de destinar este líquido para el consumo humano supone asumir una responsabilidad sanitaria seria y confiable, que se ubique por encima de cualquier coyuntura o emergencia hídrica. |
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