El caudal del río Iguazú a la altura de Cataratas alcanzó el medio día de ayer los 10.000 metros cúbicos por segundo, cifra diez veces mayor a la considerada normal. En esas condiciones, los 275 saltos que conforman las Cataratas ofrecieron un marco aún mayor al habitual, aunque también obligó al cierre del paseo a la Garganta del Diablo y la interrupción de algunos paseos naúticos. La descumunal exhibición de 10 millones de litros de agua despeñándose a cada segundo, podría verse todavía durante las primeras horas de la mañana de hoy, ya que el nivel del río comenzaría a descender por el cese de las lluvias en la cuenca superior.
Alcides Capra, gerente general de la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en el Parque Nacional Iguazú destacó que “esto es un espectáculo único que podrá ser vivido por muy pocas horas, ya que en las altas cuencas del río Iguazú ha dejado de llover”.
Los paseos que estaban habilitados ayer fueron los circuitos superior e inferior, el sendero verde, sendero macuco y centro de interpretación de la naturaleza, por seguridad se cerró el circuito Garganta del Diablo, del cual se ha procedido con el personal entrenado a rebatir este circuito por precaución. El cruce a la isla San Martín también fue suspendido por la suba del caudal.
Iguazú Argentina monitorea el comportamiento del río, para tomar medidas con anticipación y así no poner en riegos a las personas que trabajan o visitan Cataratas. El gerente de operaciones, de dicha empresa, el ingeniero Marcelo Zuliani, explicó que “nosotros hacemos uso de una página web que posee la empresa Copel de energía (empresa brasileña), donde aparecen más de cuarenta puntos de monitoreo y arroja información actualizada por hora referida al caudal que pasa por los distintos puntos monitoreo y en las diferentes represas. Esos datos, más los referidos a la lluvia caída, nos permiten hacer una estimación de cuanta agua va a llegar a Cataratas con una antelación de 17 horas. La onda creciente nos permite tomar decisiones como el pliegue de la pasarela, el pliegue del balcón y por supuesto se cierra con mucho tiempo antes el turismo y con el tiempo suficiente para no poner en riegos las operaciones con la gente que tiene que realizar el trabajo” explicó Zuliani.
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