Finalmente, la situación por nadie querida llegó: el dique Paso de las Piedras alcanzó en las últimas horas la cota más baja de su historia, repitiendo una situación vivida en enero de 2000, aunque esa vez no fue producto de la falta de precipitaciones, sino por la necesidad de disminuir el volumen de agua almacenado para reparar la presa.
El miércoles, según datos de la Autoridad del Agua, el embalse había registrado una cota de 154,42 metros sobre el nivel del mar y hoy habría caído otros dos centímetros más, rondando 154,40 metros.
De mantenerse dicha tendencia a la baja, el dique contará con reservas suficientes hasta mayo venidero, cuando el nivel de agua embalsada no permitirá abastecer a las poblaciones de Bahía Blanca y Punta Alta.
En ese marco, tanto este como el mes próximo resultan vitales para el futuro del abastecimiento. Si las lluvias no se produjeran durante este período, las últimas esperanzas recaerán en los meses de marzo y abril, otra época de precipitaciones en la región.
Actualmente, el embalse posee menos del 25% de su capacidad y la situación está próxima a pasar del alerta amarillo al alerta naranja, según proyecciones realizadas por la licenciada Liliana Raskovsky, miembro del departamento de Preservación y Mejoramiento de los Recursos de la Autoridad del Agua.
Si bien el informe realizado en abril pasado señaló que, de continuar esta tendencia, en abril del año venidero la cota será de 145 metros, conteniendo sólo 7 hectómetros cúbicos inutilizables y el embalse se habrá agotado, la merma del volumen acumulado parece no ser tan rápida como la estimada, aunque esto sólo permitiría prolongar el funcionamiento del dique hasta mayo o junio venideros, según fuentes consultadas por este diario.
¿Por qué ahora sí y antes no?
Ante este panorama cabría preguntarse porqué razón, hace nueve años, cuando el dique también tocó fondo, la ciudad lejos estuvo de vivir una angustia similar a la del presente ni el tema desveló tanto a funcionarios como a los medios periodísticos.
En primer lugar, el tema no alcanzó tanta espectacularidad como en el presente porque la baja apenas duró un mes ya que, en pocos días, abundantes y oportunas lluvias permitieron que la cota del dique subiera 25 centímetros, pasando de 154,42 a 154,67.
Por entonces, la polémica --que lejos estuvo de lograr la trascendencia de la actual--, se inició en 1999, luego de que la cota de seguridad fijada inicialmente en 159 metros cayera a 155.
La falta de precipitaciones llevó al ingeniero Marcelo Talanchuk, por entonces titular del distrito VI de la Dirección Provincial de Hidráulica, con asiento en Coronel Pringles, a pronosticar que, de mantenerse el escaso régimen de lluvias, sólo había agua para 400 días más.
En esa oportunidad, y pese a que el dique tenía bastante más agua que en la actualidad, el funcionario recomendó no regar ni llenar las piletas. Luego, según trascendió, Talanchuk fue conminado por las autoridades a no seguir hablando del tema.
Después vendrían meses de grandes precipitaciones, de agua turbia y algas que pusieron en jaque el abastecimiento a la población, generando una de las peores crisis del servicio desde su habilitación, en 1908.
Adrián Luciani/"La Nueva Provincia"
Menor calidad. Si bien hasta ahora el agua de Paso de las Piedras no evidencia inconvenientes para su potabilización, todo parece indicar que, a medida en que el dique vaya agotando sus reservas, la calidad del líquido desmejorará progresivamente. |
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